Opinión

Corrección política y la Iglesia católica

Corrección política y la Iglesia católica

Corrección política y la Iglesia católica

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Es fundamental que estemos hablando de la violencia contra las mujeres. En todas las instituciones de todos los niveles, finalmente, el tema está sobre la mesa. Es necesaria esta pluralidad de voces para construir de manera conjunta soluciones más eficaces para erradicarla. No hay duda.

El semanario Desde la Fe, la publicación de la Iglesia católica, el sábado pasado emitió una editorial llamada “No más violencia contra las mujeres”. Es interesante que una de las instituciones más violentas contras las mujeres, que inició directamente una guerra contra ellas,  torturándolas y matándolas, bajo el pretexto de que eran brujas por cuestionar las costumbres de la época, por tener conocimientos acerca de herbolaria, porque discutían o vivían libremente su sexualidad en vínculos fuera del matrimonio o la reproducción.

Esa misma institución ahora en un acto de expiación a través de su texto, juzga los actos realizados en la pasada marcha contra la violencia de género y critica al Estado por no actuar contra las manifestantes que realizaron “actos vandálicos” y también por usar expresiones como “no criminalizaremos la protesta” y menciona que esas “expresiones retóricas tan fáciles y tan oficiales… pueden ser apenas la punta de un iceberg de dimensiones riesgosas”.

Como también dicen que “es reprobable una mano blandengue que ignore el camino de responsabilidades y derechos, que diga que va a arreglar todo con abrazos amorosos o tolerando impunidades selectivas”.

A las acciones y respuestas del gobierno local y federal se le pueden cuestionar y criticar muchas cosas, no han sido capaces de responder firmemente a la violencia contra las mujeres. No sólo esta administración, las pasadas también. Pero la Iglesia usa la violencia contra las mujeres para hablar y poner el acento de lo que considera “lo políticamente correcto”.

En su editorial se permite vislumbrar que más allá de que la Iglesia esté preocupada por la violencia contra las mujeres, está atemorizada por la “acción políticamente correcta”.

Y yo también. Pero no en el mismo sentido que la Iglesia católica. La expresión “políticamente correcto/a” es usada desde los años 90 por los conservadores para referirse a las personas que pugnan por un discurso en favor de los derechos de la comunidad LGBTI, ambientalistas,  las mujeres, las personas afrodescendientes, los indígenas y todas aquellas personas que se han visto excluidas por el sistema.

Moira Weigel en su artículo publicado en The Guardian: “Political correctness: how the right invented a phantom enemy” —“Corrección política: cómo la derecha inventó un enemigo fantasma”—, explica claramente cómo la ola más conservadora atacó y ataca a los movimientos más progresistas llamándolos “políticamente correctos” y ese término lo usa para desprestigiarlos. El caso más emblemático es Trump: es una de sus expresiones favoritas, llama a todos los que no son racistas, machistas y xenófobos como él, como “políticamente correctos”.

La Iglesia católica realmente está pretendiendo ocultar que es una de las instituciones que más fomenta el machismo y la violencia contra las mujeres a través de sus arcaicos dogmas culturales.

Las mujeres no tienen en ella ninguna representación política institucional, la única que tienen es como santas o como prostitutas. Sigue pugnando contra sus derechos reproductivos y está contra el matrimonio igualitario.

Que la Iglesia entienda que el problema no son unos rayones en el Ángel de la Independencia y que el Estado nunca debe criminalizar ni responder con violencia la protesta.  El verdadero problema yace cuando una institución no es crítica consigo misma y realmente no emprende acciones para renovarse en pro de los derechos fundamentales.

Tiene que predicar con el ejemplo.

Twitter: @wendygarrido
wengarrido@gmail.com