Las milicias palestinas en Gaza desencadenaron ayer un nuevo repunte de la tensión con el disparo en pocas horas de cerca de 250 cohetes contra Israel, que respondió con bombardeos de represalia sobre objetivos militares, que mataron a cuatro palestinos.

Las autoridades de Gaza aseguraron que entre los fallecidos hay una bebé palestina de 14 meses y su madre, además embarazada, así como un miliciano y un joven.

Las sirenas antiaéreas sonaron de manera intermitente durante todo el día en comunidades israelíes cerca de la franja, pero también en otras regiones del centro del país, como Bet Shemesh, a unos 30 kilómetros al oeste de Jerusalén.

La respuesta israelí golpeó al menos 130 objetivos militares de los movimientos islamistas Hamás, que controla Gaza.

Del último de ellos, unas oficinas de Inteligencia en la ciudad de Gaza, además de campos de entrenamiento, fábricas de armas y un túnel ofensivo transfronterizo que la Yihad Islámica excavaba desde hacía semanas y se adentraba en Israel, según informó el portavoz del Ejército israelí, el teniente coronel Jonathan Conricus, por teléfono.

Por otra parte, en Israel una mujer de 50 años resultó herida de gravedad por un cohete y un hombre de la misma edad recibió atención médica por lesiones.