Opinión

Crisis sistémica: una foto que lo dice todo

Crisis sistémica: una foto que lo dice todo

Crisis sistémica: una foto que lo dice todo

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El sistema de desarrollo actual está en crisis, pero lo más lamentable es que nadie parece preocuparse demasiado, o, en todo caso, las preocupaciones y las mínimas acciones se dan a partir de las dinámicas caóticas originadas por la preservación de dicho sistema y por la misma razón son limitadas y entrañan una contradicción intrínseca: se defiende el medio ambiente desde muchas parcelas. No está mal, pero en términos de tiempo, aquí sí la suma de todas las acciones no es suficiente para desacelerar y rediseñar el crecimiento con valores más integracionistas y calculando riesgos.

Es decir, pareciera que hay una conciencia real, en casi todas las personas, por defender el deterioro vertiginoso de los recursos naturales y de las relaciones sociales tendientes a lo tóxico, pero nos encontramos limitados a lo poco que se puede hacer desde las condiciones del entorno. En ese sentido, el activismo que defiende entornos socioambientales en nuestra ciudad o en comunidades medianamente autosuficientes, merece todo mi respeto.

La extrema explotación del planeta, que mantiene a buena parte de la economía, está haciendo crisis por todos lados. Difícil defender desde el conjunto que aniquila.

Escribo esto por la impresión visual que me causaron muchas fotografías del día de ayer tomadas en varias partes del mundo por las manifestaciones del movimiento juvenil contra el cambio climático. Aquí en México, llamó mucho mi atención una fotografía tomada por Amado Ríos Valdez, a partir de una serie que realizó de la concentración en la Ciudad de México.

En la imagen se ve una muchacha con una pancarta que claramente dice: “El sistema no cambiará solo: Rebelión o extinción.” En la crudeza de esa frase, más que ideología, hay una respuesta a la paradoja del tiempo que entraña el todavía debatido período entre la “comunidad” científica denominado como antropoceno.

Lo cierto es que en once años el planeta alcanzará el punto de no retorno. Lo dicen múltiples cruces de datos posibles. Y para esta muchacha, como para muchos jóvenes, y algunos adultos, ya estuvo suave de cumbres y perorata política o empresarial ­friendly que basan su éxito en el modelo extractivista. Para ciertos jóvenes la rebelión o el activismo más comprometido, es el único camino para que la base del desarrollo transite a un modelo sostenible, lo demás es conservadurismo. De diversos grados, eso sí. Pero en esa franja estamos casi todos, desde los académicos que estudian estos fenómenos a partir de comunidades específicas y fenómenos concretos, hasta rufianes como Trump que le apuestan al cambio climático para especular con la tierra en Groenlandia. Claro, que es mucho mejor estar a la izquierda del conservadurismo que a la derecha del mismo.

Lo anterior tampoco implica tomar actitudes valemadristas, aunque lamentablemente las hay. Todo lo que sume a construir comunidad sostenible y a defender el medio ambiente desde diversos ámbitos es necesario y bienvenido. Las sociedades siempre van varios pasos adelante que sus políticos.

Letras al pie

Si la noticia fue cierta, pobre PAN, si resultó falsa, consiguió su objetivo, distraer la atención, como la peluca cubrecopetes de Peña Nieto, de la realidad de los temas que deben ocuparnos, entre ellos el cada vez más evidenciado saqueo y pillaje del que el país fue objeto de manera muy organizada. Pero cierta o falsa, cómo me hizo reir la noticia que le atribuye a una diputada queretana, una iniciativa de ley para penalizar la masturbación y que de volada fue bautizada en la redes como Ley Antiganso. Como Mexicalpán de la Tunas, me cae, no hay dos.

@dgfuentess