LIC. QUIRINO DÍAZ COPPEL,GOBERNADOR DE SINALOA:

+Es peligroso tener razón cuando

el gobierno está equivocado

Voltaire

Tener sobre el cuello una invisible guillotina que en cualquier momento —por simple capricho o por grotesco impulso criminal— puede cortar la cabeza, debe ser casi lo mismo que toparse en la calle con una banda de malvivientes dispuestos a cumplir la orden de matar a uno o a mil, según lo permitan el armamento y el parque disponibles.

Por ello, y si de algo le es útil, le mando mi absoluta simpatía  a su decisión de soltar a Ovidio Guzmán López, hijo y cómplice del Chapo Guzmán, para proteger la vida de quién sabe cuántos inocentes culiacanenses amenazados de asesinato masivo si usted no devolvía al narco la piltrafa que ya tenía detenido…

Y por la misma razón este espacio apoya la actitud del presidente López Obrador de respaldar su decisión, gobernador. No entendí ni la lógica ni la ética ni la crítica de cuantos se les lanzaron a la yugular política por cumplir su obligación fundamental de proteger vidas humanas —en plural y sin propósito alguno de beneficiar a delincuentes—. Soy inveterado partidario del uso de la fuerza para evitar, contrarrestar y/o castigar actos delictivos... salvo que se trate de evitar males mayores. Si el Ovidio ese ya cayó en manos de la ley una vez, oportunidades varias volverá a darlas para ser detenido, de una forma o de otra...  sin incidencias de por medio.    

Pero mire usted cómo, cuando se practica la politiquería rastrera en vez de la política a secas, se pueden cometer equivocaciones con efectos de bumerang… Quizá Marko Cortés, el jerarca nacional panista, adolece aún de experiencia y por ello cayó en su propia trampa:

La situación que provocó el Cártel de Sinaloa al anunciar su decisión de tomar Culiacán por las armas, demandó la prevención a sus habitantes de guardarse en sus hogares, trabajos, escuelas, etc. para evitar las balaceras que pudo provocar la no realizada intención, pero de seguro provocó en muchos sinaloenses de Culiacán y de toda la entidad, la revisión de sus criterios personales sobre los valores éticos reales de los narcos y sus empleados, quienes declararon su decisión de responder a la fuerza pública aunque hirieran y mataran a ciudadanos inocentes, en su mayoría paisanos de ellos mismos. Así no jugamos, debieron reaccionar muchos y luego de ello actuaron en consecuencia.   

En estas circunstancias, la presencia del Jefe de Estado en el lugar de los hechos estaba vedada por elemental seguridad y porque ser el Jefe del Poder Ejecutivo Federal le impone la serie de acciones y funciones que le manda, estrictamente, la Constitución Política, que es la máxima ley del país en su lista no aparece posibilidad alguna de injerencia en las autonomías de los estados. Incluso pudo constituirse en un problema al tener que ser, por necesidad y obligación obvias,  doble o triplemente protegido por elementos que tal vez eran apenas los indispensables para hacerle frente a la furia narcoproductora...

Hay muchos otros deberes de los que sí es necesario exigir el cumplimiento puntual y acelerado de la autoridad federal y es la demanda que nos debemos hacer todos para que la marcha del país se mantenga a la velocidad y con la eficacia que la solución de tantas deficiencias demanda…  

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