Opinión

Cuando los gigantes caen

Cuando los gigantes caen

Cuando los gigantes caen

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El 28 de junio se celebra el centenario del tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial entre las potencias del Centro y las potencias Aliadas. Probablemente, a pesar de su importancia, ese tratado pudiera ser considerado como uno de los fracasos más sonados en la historia de la diplomacia internacional. Por un lado, es cierto que puso término formal a las atrocidades, pero abonó el terreno para el advenimiento de posteriores calamidades, al imponer onerosas condiciones económicas de resarcimiento de daños y fuertes condicionamientos políticos a los derrotados, particularmente a Alemania. Paradójicamente, a la postre, el ascenso del nazismo y el estallido de una Segunda Guerra Mundial no se explican sin las condiciones dadas y desarrolladas a partir de ese ejercicio de negociación de cálculos y fórmulas equivocadas.

En el refranero popular se dice que lo que mal inicia mal acaba, y bien puede ubicarse en esa relación circular al centenario tratado de paz, toda vez que el error de cálculo y las malas decisiones tomadas sobre esa base llevaron a resultados funestos. En los albores, se creía que la guerra era evitable y, sin embargo, fueron los enfoques más agresivos dentro y fuera de los principales actores con claros intereses en pugna los que prevalecieron y llevaron las cosas al punto de ebullición, bajo la presunción de que las hostilidades tendrían una breve temporalidad, con consecuencias previsibles y bajo control. Otro error de cálculo.

Cabe parafrasear la novela de Ken Follet para apuntar que los gigantes cayeron durante la Primera Guerra Mundial, junto con algunos enanos; los que no mordieron el polvo, quedaron debilitados y su poder e influencia quedaron seriamente mermados. Como consecuencia de ese gran conflicto, se alteraron las fronteras físicas y políticas de los antiguos imperios y proliferó la formación de ciertos estados nacionales. Si bien el resultado fue muy claro para los vencedores, después de cinco años de enfrentamiento militar parece evidente que las pérdidas fueron generalizadas dado el estado de cosas al término de la guerra en lo político, lo económico y lo social.

Es claro que la naturaleza de los conflictos y su alcance ha variado considerablemente desde entonces. Sin contar la llamada crisis de los misiles en los años sesenta del siglo pasado, puede decirse que el mundo ha estado exento de guerras a escala global del tipo de las ocurridas en la primera parte de la centuria pasada. Durante la Guerra Fría y en los periodos posteriores hasta la fecha, los conflictos han sido focalizados con variaciones en su alcance regional, trayendo a la escena a actores no estatales como parte del reparto en los escenarios de conflicto. Esa relativa estabilidad y ausencia de guerras a gran escala, no podría entenderse sin la creación de espacios para el diálogo y la negociación multilateral, de la mano del desarrollo del entramado institucional internacional plasmado en el sistema de las Naciones Unidas, así como al avance de la democracia como régimen de organización política, entre otros aspectos.  En esas condiciones, parecería descabellado pensar que algún actor político pudiera, desde una base racional, dar lugar a operaciones de enorme calado que llevaran al mundo a tragedias bélicas como las de antaño. Sin embargo, no debe obviarse que la mala calidad de las decisiones puede llevar a escenarios indeseados.

Un hecho grave, pero relativamente aislado, como el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio Austro Húngaro, a manos de nacionalistas serbios en Sarajevo, también un 28 de junio, pero en 1914, desencadenó una serie de eventos imprevistos ante la cerrazón de los actores en disputa.  La moraleja podría resumirse en que entre más alto se cae, más duele y más peligrosa puede ser la caída. Sabemos, además, por las lecciones de la historia, que el error de cálculo y las malas decisiones producen victorias pírricas.

gpuenteo@hotmail.com