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De Arequipa a Puebla: Milagros Zeballos usa las matemáticas para cazar galaxias

NUESTROS CIENTÍFICOS. Los científicos aspiramos a contestar preguntas que ayuden a la humanidad. Los astrofísicos queremos explicar cómo funciona el Universo y de qué está hecho. Queremos que las personas conozcan nuestro trabajo y el valor de herramientas como el Gran Telescopio Milimétrico.

NUESTROS CIENTÍFICOS. Los científicos aspiramos a contestar preguntas que ayuden a la humanidad. Los astrofísicos queremos explicar cómo funciona el Universo y de qué está hecho. Queremos que las personas conozcan nuestro trabajo y el valor de herramientas como el Gran Telescopio Milimétrico.

De Arequipa a Puebla: Milagros Zeballos usa las matemáticas para cazar galaxias

De Arequipa a Puebla: Milagros Zeballos usa las matemáticas para cazar galaxias

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Nacida en Arequipa, Perú, e integrante del equipo mexicano que participó en la construcción de la primera fotografía astronómica de un agujero negro súpermasivo, la astrofísica Milagros Zeballos Rebaza considera que los mexicanos debemos sentir honra por contar con el Gran Telescopio Milimétrico (GTM), localizado en la cima del volcán Sierra Negra, en Puebla, que es la infraestructura científica con mayor capacidad para estudiar los lugares más lejanos del Universo, desde el centro de México.

En entrevista con Crónica, la profesora e investigadora explicó cómo, desde México, ayudó al equipo multinacional que ganó el premio Breakthrough por haber logrado la primera fotografía del agujero negro que está al centro de la galaxia en la que se ubica nuestro sistema solar. “Además del alto valor que implica tener el Gran Telescopio Milimétrico en Puebla, las personas deben saber que para tener ese equipo hubo muchos otros desarrollos que beneficiaron a la ingeniería y a la industria de la construcción”, recalcó la investigadora peruana y profesora de jóvenes científicos mexicanos.

Orgullosa hija de un ingeniero y una enfermera, Milagros Zeballos es académica del Departamento de Actuaría, Física y Matemáticas de la Universidad de Las Américas en Puebla (UDLAP), pero antes ha hecho un largo recorrido académico, geográfico y personal para responder preguntas que le ha planteado la observación del cielo.

Zeballos Rebaza vivió su infancia y adolescencia en Arequipa, ciudad del sur de Perú, rodeada de conos volcánicos, cuyo centro histórico es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Junto con sus padres, hermana y hermano, se mudó a Lima para que los jóvenes pudieran hacer estudios universitarios. Luego ella, Milagros, concluyó la carrera de Ingeniería Electrónica, en la Pontificia Universidad Católica de Perú y, gracias a su sólida formación en matemáticas y física, viajó a Londres, Inglaterra, y logró ingresar a la  Maestría en Ciencias, con especialidad en Astrofísica en la University of London.

Desde su juventud, la científica peruana ya tenía conocimiento de los trabajos de investigación que se realizaban en Puebla, México, en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), y las vueltas del destino orientaron su camino hacia este centro público de investigación mexicano, gracias a que conoció a David Hughes, investigador que, a la postre, se ha convertido en director del GTM.

LINGUA FRANCA Y TRABAJO EN EQUIPO. La expresión lingua franca sirve para señalar a un lenguaje común que adoptan y con el que se comunican personas que crecieron hablando lenguas diferentes.  Sobre esta idea reflexiona la doctora Milagros Zeballos, al revisar la manera como trabaja en los círculos de élite de la astrofísica del mundo.

“Es importante decir que la ciencia contemporánea se hace necesariamente en equipo y en mi caso muchas puertas se abrieron gracias a mi buena formación en matemáticas. Quizá es correcto decir que las matemáticas son la lingua franca de la ciencia”, comenta a este diario la científica que ha estudiado lugares remotos del espacio con telescopios de clase mundial como el Atacama Submillimeter Telescope Experiment (ASTE) en Chile; el Australia Telescope Compact Array (ATCA) en Australia, y el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) en México.

Ella es una de las 347 inteligencias, de diferentes países, que trabajaron juntas para lograr la primera fotografía de un agujero negro súpermasivo.

“Colaboramos ocho radiotelescopios ubicados en diferentes partes del mundo. Hacer un trabajo tan complejo, en un ambiente multiculutral es un gran reto y sí genera nervios, pero cada uno se enfoca en el trabajo que le corresponde hacer.  En mi caso, yo colaboré realizando parte de las observaciones con el GTM, junto con otros colegas mexicanos.  Tenía la responsabilidad de realizar observaciones en horarios muy precisos y hacia un punto muy específico”, explica.

“Lo que observamos, en este caso es radiación electromagnética que es captada por el GTM. Se trata de luz en una longitud de onda de 1.3 milímetros. Esa luz que llega del espacio es captada por un sensor que la convierte en señales eléctricas. Esas señales eléctricas son capturada por una computadora. Luego procesamos números asociados a esas señales eléctricas, con algoritmos y fórmulas, para generar imágenes”, dice Zeballos, cuya tesis doctoral trató sobre las propiedades de las galaxias submilimétricas, localizadas en regiones donde predomina una galaxia muy masiva.

“Los científicos aspiramos a contestar preguntas que ayuden a la humanidad. Los astrofísicos queremos explicar cómo funciona el Universo y de qué está hecho. Queremos que las personas conozcan nuestro trabajo y el valor de herramientas como el Gran Telescopio Milimétrico, que es el telescopio de plato único más grande que existe y que permite observar señales que llegan de regiones muy lejanas. La primera fotografía de un agujero negro superlativo muestra que con estos equipos México y Latinoamérica colaboran de manera seria para  hacer ciencia de frontera  de calidad mundial”, concluyó.