Opinión

De sacudida en sacudida, y en el medio los perros

De sacudida en sacudida, y en el medio los perros

De sacudida en sacudida, y en el medio los perros

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Y entonces, cual chuchos, habremos de enfocar los problemas. Primero observándolos, luego olfateándolos, y de no poderlos resolver, meándolos y alejándonos de ellos.

Sabiduría popular

Recordando a BANTÚ, a tres años

de su negligente, e irreparable muerte.

6 de julio no se olvida…

¡Qué curioso!, mientras México, y en general el mundo entero, se convulsiona entre drásticos o radicales cambios y problemas nunca menores, los perros —ahora de tantas y tan diversas razas, la mejor, esa mezcla ÚNICA de entre todas que me fascina y de la que tengo una docenita de representantes y representantas— permanecen en el corazón de la gente. Posiblemente, incluso cada vez más arraigados. Y claro, ¡cómo no!, si además de gloriosa, divertida y agradecida compañía que siempre son, por su cuenta y riesgo han decidido permanecer históricamente unidos a nuestra humana existencia, seguramente al principio por habernos detectado alguna conveniencia, por cierto tan bien negociada, que como bien se sabe, pasaron fácilmente de ser prehistóricos cánidos salvajes a convertirse en perros de compañía, servicio, trabajo y apoyo, iniciándose con los cazadores-recolectores europeos, que no asiáticos y ello, desde hace entre 18 mil y 32 mil años, y no los 14 mil fijados desde hace tiempo, pero, por favor, si los datos no son correctos, el lector o lectora inconformes habrán de reclamar a la fuente informativa (revista Science) de donde se desprendió la nota de la que me alimenté. En fin, que… haiga sido como haiga sido y desde el periodo más o menos remoto, los canes siempre han tenido relación con nuestro diario existir —gustándose o no de ellos— al seguir en la terca, ¡gracias a Dios!, de estar de patita sudada a nuestro lado. Cuando no haciéndonos felices con esas caritas laterales y su particular movimiento de cejitas —que ahora también sabemos de su exclusividad, al poseer un músculo que no tienen los otros cánidos— cuando no movilizándonos angustiosamente para su rescate, más nunca dejándonos indiferentes cuando están bajo riesgo, como tal sucedió especialmente el pasado fin de semana en que se me saturó, como pocas veces, de angustiadas llamadas, correos electrónicos, mensajes y por toda vía posible… primero, preguntándoseme qué tan cierto era o qué se podía hacer, tras la publicación de un #hashtag demandando apoyo urgente por el supuesto incierto futuro de los oficiales caninos al servicio de la Policía Federal, sí o sí por desaparecer, para luego pasar a dramatizarse más la situación, al ser compartida una fake news asegurando que los 28 ejemplares que restaban en ese cuerpo civil de seguridad se encontraban en total abandono, cuando justo…

Hallábanse felices y bien atendidos, disfrutando de su retiro tras emotiva ceremonia en la que recibieron una moña en reconocimiento a su periodo en servicio y donde igualmente fueron desnudados de su chaleco identificativo por parte de su binomio humano, en anuncio de su conversión a animales de compañía al pasar a formar parte de hogares seguros y amorosos, en lugar de ser eutanizados como antes se acostumbraba. El proceso de adopción ciudadana quedó a cargo de la Federación Canófila Mexicana, de la cual es público el motivo de mi distanciamiento, pero que para esta ocasión ha de reconocerse que llevó a cabo un intenso y esmerado proceso para que estos oficiales caninos a jubilarse encontraran el mejor destino. Solo espero que el compromiso incluya entregaros esterilizados y con prohibición total de seguirles explotando la habilidad para la que fueron adiestrados. Asimismo se agradecerá que la AC implemente un plan de seguimiento sobre estas criaturas, al poderse dar la posibilidad de que los adoptantes pretendan en el fondo la reproducción de una FRIDA y al topar con lo contrario terminen abandonando, aun dentro de casa, a esos perros y/o cambien de opinión, al no entender que obedecen a ordenes precisas siempre recompensadas, y que su deshabituamiento requerirá de mucha paciencia pero nunca de inactividad, especialmente tratándose de los pastores belga malinois, demandantes de mucho ejercicio físico y mental. Ya nos iremos enterando, más sin omitir que de ninguna forma les hubiera ido mejor con un traspaso al Ejército, toda vez que ahí cuentan desde hace años con producción propia y esmeradamente cuidada de este tipo de ejemplares, cuyo adiestramiento militar es asimismo pulcro y efectivo, pero, al final de su servicio no sobreviven…

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