Cultura

Debemos cambiar nuestra relación con la naturaleza: Maricela Guerrero

Es la necesidad de saber cómo nos vamos a involucrar con la Tierra y los recursos, dice. Denuncia que guardabosques e indígenas están en riesgo por defender el entorno natural

Debemos cambiar nuestra relación  con la naturaleza: Maricela Guerrero

Debemos cambiar nuestra relación con la naturaleza: Maricela Guerrero

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Maricela Guerrero (Ciudad de México, 1977) es una escritora mexicana que reflexiona sobre el lenguaje de la naturaleza, nos recuerda el asombro de mirar células a través del microscopio y es una persona preocupada por la destrucción de ecosistemas.

Crónica presenta una entrevista con la autora del poemario El sueño de toda célula, editado por Antílope, en donde narra desde las propiedades de la yerbabuena hasta cómo una mujer evitó por cerca de 738 días que derribaran en California, Estados Unidos, un árbol secuoya con más de mil anillos y más de 500 años de vida cuando llegó Cristóbal Colón a América (1492).

Maricela Guerrero comenta que el libro ganador del Premio Clemencia Isaura de Poesía 2018 nació para recuperar a la joven de secundaria a quien le fascinaba mirar a través del microscopio el funcionamiento de las células vegetales y animales.

“Con este libro surge la necesidad de recuperar la vida de otra manera y encontrar un lenguaje para que suceda. Es la necesidad de saber cómo nos vamos a involucrar con la Tierra y los recursos, cómo vamos a cambiar nuestra relación con la naturaleza y de qué forma nos completamos”, expresa.

La autora reflexiona sobre lo complicado que ha sido para las diversas comunidades no occidentalizadas mantener una relación amorosa con el medio ambiente y los territorios ante las políticas de la economía extractivista.

“Al defender la tierra, agua y animales ellos están en grave peligro, son muy graves los asesinatos de guardabosques e indígenas que cuidan los recursos naturales. En 2017 la familia Baldenegro perdió a Isidro, ganador del Premio Goldman que es como el Nobel de los cuidadores del ambiente, además estaba muy reciente el asesinato de Berta Cáceres en Centroamérica. Hay muchos casos en Latinoamérica y en el resto del planeta siguen asesinando a cuidadores de bosques, recientemente fue asesinado en Michoacán, Homero Gómez, defensor de la mariposa monarca”, señala.

Maricela Guerrero escribe que las “lenguas del imperio pretenden ignorar el sueño de las células y los lobos”, por ello se le pregunta: ¿por qué hemos irrumpido en el lenguaje de la naturaleza tan antropocéntricamente?

“Cuando era niña parecía que me podía comunicar con la naturaleza: al ver cómo bailaban los árboles, sentir el aire… y traté de recuperar ese lenguaje. En la antigüedad, la principal lengua del imperio fue el latín y ahora es el inglés, ambas son jerárquicas porque necesitan un sujeto, verbos y un complemento, pero hay otras lenguas que funcionan diferente”.

A través de versos, la autora piensa en cómo se comunican las células, cómo se envían información, cómo las plantas comunican la necesidad de nutrientes o cómo unas plantas alimentan a otras.

“Es muy impactante saber que sí hay otras formas, esa otra posibilidad de comunicarse fue el hallazgo más querido del libro”, responde.

GENEROSIDAD. Algunos de los referentes que Maricela Guerrero utiliza en El sueño de toda célula son las crónicas de Yásnaya Aguilar sobre la disputa del manantial San Pedro y San Pablo Ayutla, Oaxaca, y también habla del biólogo ruso Nikolái Vavílov.

“La historia de Vavílov es relevante porque recopiló semillas, mismas que guardó para tener un banco de semillas de todo el mundo. Tuvo el apoyo del primer gobierno soviético hasta que les pareció un acto subversivo, es decir, los regímenes políticos, no importa de qué color sean, a veces son muy brutos y no piensan más allá de términos inmediatos y económicos”, comenta.

El intento de crear el banco de semillas sucedió en un momento de hambruna, entonces los científicos “pudiendo tomar esas semillas para su propio consumo, prefirieron resguardarlas, pensando en otras generaciones. Eso me parece un acto generoso hacia la comunidad futura”.

Maricela Guerrero expresa que como Vavílov, hay las personas que piensan en lo común pero, por otro lado, están los gobiernos egoístas o los empresarios como Monsanto o Nestlé, agenciándose los recursos de una comunidad para el propio beneficio.

“No piensan en los riesgos que implica contaminar un río o en la instalación de una minera en una comunidad. Me parecen dos extremos de la naturaleza humana. Aquellos que sólo piensan en el beneficio y los que siempre parten de un aprecio por la naturaleza, que investigan y resguardan, son dos formas que coexisten en el mundo”, indica.

En sus poemas, la autora recapacita sobre el valor de las células al ser contenedoras del material hereditario de los organismos.

“Aparentemente todas las células tienen la misma composición pero no hay una igual a otra, cada una tiene su propia información, además todas las células tienen voluntad de reproducirse y es el azar el que produce la diversidad. Pero estamos en una humanidad controladora, que sí es muy brillante e inteligente aunque a veces muy idiota al querer controlarlo todo y tener organismos superpotentes que no necesiten dormir o no pensar en la reproducción que, al final, son los grandes temas de la ciencia ficción”, opina.