El general Amir Ali Hajizadeh, jefe de la División Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria de Irán, afirmó este sábado que deseó “estar muerto” cuando se enteró que uno de los misiles lanzados por su unidad había derribado un avión con 176 personas, en Teherán.

En un discurso transmitido por la televisora estatal, Ali Hajizadeh declaró que su unidad asumía la “plena responsabilidad” por la cadena de errores que condujo a la tragedia, empezando por el mayor de todos: no cerrar el tráfico aéreo del aeropuerto de Teherán, pese a que se había declarado una “situación de guerra” y se temía una represalia estadunidense al lanzamiento, horas antes, de una docena de misiles iraníes sobre bases de EU en Irak, en venganza por el asesinato en Bagdad con drones de EU del general Soleimani.

El segundo error trágico fue que el sistema antiaéreo confundió el avión con un misil crucero; y el tercero, la falla de comunicación del equipo de sistema, que no pudo comunicarse con los superiores ni comprobar la veracidad de la alarma. “La persona que cometió el error y disparó el misil contra el Boeing 737 sólo tuvo diez segundos de tiempo para decidir entre atacar o no”, se lamentó el general Hajizadeh.