Después de los chilaquiles
Desde que fue a desayunar chilaquiles a Palacio Nacional se le juntó la chamba al senador Ricardo Monreal.
El coordinador de la fracción mayoritaria en el Senado anunció que busca formar una tercera sala en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La iniciativa contempla elevar de 11 al 16 el número de ministros.
Es un golpe de Estado a la división de poderes, dijo Zepeda.
Monreal logró sacar hace poco el nombramiento para la Corte de Yasmín Esquivel, con un alarde de negociación, pero una nueva Suprema Corte será mucho más difícil, casi imposible.
Cada vez está más claro: la única ley que aceptan los miembros de la CNTE es la que ellos mismos redactan.
Y hasta se pusieron chambeadores (esta vez no se fueron a festejar las victorias en el Nuevas Delicias, famoso salón cerca de San Lázaro), los centistas escribieron y tienen lista la iniciativa de Ley que presentarán la próxima semana para “salvar" la crisis legislativa.Ésa es la única ley que respetan, la que ellos escriben a modo. ¿Se les terminará permitiendo?
La tarea y el acordeónNancy Pelosi puso a chambear horas extras a los legisladores mexicanos.
La líder de la mayoría demócrata en el Capitolio dijo que no votarán el nuevo tratado comercial entre México, Canadá y México hasta que nuestro país no apruebe la nueva reforma laboral.
Como los diputados mexicanos han estado distraídos en otros asuntos, pusieron el expediente de la reforma laboral hasta abajo de los pendientes, pero después del calambre de Pelosi le metieron velocidad.Quieren votar la reforma la próxima semana y para lograrlo los diputados de las comisiones implicadas tendrán que revisar durante el fin de semana las ¡600! páginas del expediente.
En la próxima sesión se verá quién hizo la tarea y quién lleva un acordeón.
Voz y votoLa secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, tuvo que salir a decir que, aunque parezca, no es una burla.
Se refería al anuncio de que la Guardia Nacional siempre sí estará comandada por un militar en activo.
Después de una larga polémica dentro y fuera de los recintos legislativos y de llegar a la conclusión de que optaría por un mando civil para no militarizar a la Guardia.
Las reacciones no se hicieron esperar. Lo cierto es que el presidente tiene la atribución del nombramiento. Si el militar elegido está en activo, pues pide licencia y se elimina el problema.Lo que se discute es si el mando civil formal, el secretario de Seguridad Pública Alfonso Durazo, tendrá voz y voto o sólo será una figura civil decorativa.
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