La confusa y breve detención que sufrió ayer Juan Guaidó, recientemente elegido presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, enrareció aún más el clima político en el país, cuyos poderes Legislativo (controlado por la oposición) y Ejecutivo (controlado por el chavismo) se desconocen mutuamente.

Guaidó, de la formación Voluntad Popular (VP), del líder encarcelado Leopoldo López, fue interceptado durante media hora por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en la autopista que conecta Caracas con el costero estado de Vargas, adonde se dirigía en su auto para liderar un acto opositor.

De su detención se conoció a través de las redes sociales, cuando se divulgó un video en el que se aprecia a varios agentes tomar por la fuerza el control del vehículo que lo trasladaba. De su libertad se supo cuando el propio Guaidó envió un mensaje replicado en las redes sociales.

“Están desesperados”. “Están desesperados en Miraflores (sede del Ejecutivo), no saben quién da la orden”, dijo el diputado ante cientos de personas al presentarse con unas dos horas de retraso en el evento mostrando las marcas que le dejaron en las manos las esposas.

“Me secuestraron, estuvimos en un carro, me pude zafar del secuestro porque hay gente que cree en Venezuela”, relató emocionado en el evento, en la que estuvo acompañado por otros diputados opositores, su esposa y su madre.

Agentes destituidos. El régimen trató de desentenderse del hecho y culpó del incidente a un montaje de la extrema derecha. El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró que la detención del diputado fue un acto “unilateral” perpetrado por un grupo de funcionarios que fueron “destituidos” y “sometidos a los procedimientos disciplinarios más estrictos”.

Según dijo, los agentes implicados en el operativo “se prestaron para que se instalara este show”. Rodríguez también calificó de show la breve detención de las corresponsales de las cadenas CNN y la colombiana Caracol en Venezuela, Osmary Salinas y Beatriz Adrián, que se habían acercado hasta la sede del Sebin para tratar de tener información en medio de la confusión.

Más tarde, el gobierno dijo en un comunicado, que investiga la participación del comisario policial José Mucura en el suceso, a quien acusó de tener “nexos conspirativos con la extrema derecha”.

Sin embargo, Guaidó dijo que la versión oficial demuestra que Maduro “ya no controla las Fuerzas Armadas” lo que revela, agregó, el “grave problema” que vive la institución castrense.

El viernes, un día después de jurar Maduro su segundo mandato, el jefe más joven que ha tenido el parlamento venezolano pidió apoyo militar y extranjero para derrocar al gobierno del “usurpador”.

Condena regional, MENOS MÉXICO. El Grupo de Lima, a excepción de México, lamentó este suceso a través de un mensaje en su pagina web en donde trece de los países americanos miembros, críticos de Maduro, expresaron su total apoyo a los integrantes de la Asamblea opositora.

Por su parte, Estados Unidos denunció que dicha detención es un “grave asalto” al estado de derecho por parte de “la dictadura” y acusó como responsable al jefe de inteligencia venezolano, Manuel Christopher Figuera.