Cultura

Diderot, el primer gran crítico moderno; introdujo el concepto de la sensación

El Colegio Nacional. Lo que hacía Diderot es algo que hoy es muy natural, pero que no se hacía en esa época: primero contaba lo que había en el cuadro y lo juzgaba a través de esa narración. Entonces, es delicioso leer cómo decía: en este cuadro la condesa está muy gorda y los angelitos no se creen porque está mal pintado, señala Christopher Domínguez Michael.

El Colegio Nacional. Lo que hacía Diderot es algo que hoy es muy natural, pero que no se hacía en esa época: primero contaba lo que había en el cuadro y lo juzgaba a través de esa narración. Entonces, es delicioso leer cómo decía: en este cuadro la condesa está muy gorda y los angelitos no se creen porque está mal pintado, señala Christopher Domínguez Michael.

Diderot, el primer gran crítico moderno; introdujo el concepto de la sensación

Diderot, el primer gran crítico moderno; introdujo el concepto de la sensación

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El filósofo francés Denis Diderot (1713-1784) fue el primer gran crítico moderno y fue quien introdujo el concepto de sensación para referirse a obras de arte, señaló el escritor Christopher Domínguez Michael durante la conferencia Críticos de la Ilustración, impartida la tarde del jueves en El Colegio Nacional.

“El primer gran crítico moderno fue un gran filósofo, quien escribió la mayor parte de los capítulos de la Enciclopedia: Diderot. Él inventó lo que hoy conocemos como crítica de arte; lo que hicieron los primeros críticos literarios fue hacer con la literatura lo que hacía Diderot con la pintura”, expresó.

Domínguez Michael se refirió al libro Salones, de Diderot, en donde a través de textos descriptivos, le describe a su amigo Grimm obras de arte que observaba en los salones.

“Son crónicas de lo que Diderot veía en los salones anuales de pintura, que eran muy concurridos por razones de que ahí se vendía el arte y en donde —como en las bienales actuales—, se presentaba lo actual, moderno, posmoderno y también había para los anticuados y gusto rancio”, dijo.

El crítico literario e integrante de El Colegio Nacional explicó que en la Francia del siglo ­XVIII, la crítica se dio principalmente a través de la correspondencia y, en segundo lugar, a través de los libros. Además, las conversaciones entre filósofos se daban en salones.

“Los salones eran las salas de las casas de las grandes señoras, la Ilustración es un movimiento imposible de concebir sin las mujeres que organizaban a los filósofos. Los grandes salones estaban abiertos diario, a veces dos veces a la semana o una, ahí se daban conferencias, asambleas, mesas redondas y cada aristócrata tenía su estilo y había de diferencias tendencias”, comentó.

Por ello, Diderot utilizó el método habitual de correspondencia crítica del siglo XVIII para escribir a su amigo alemán asentado en Francia, Grimm, las crónicas de los salones y pinturas que él veía.

“Lo que hacía Diderot es algo que hoy es muy natural, pero que no se hacía en esa época: primero contaba lo que había en el cuadro y lo juzgaba a través de esa narración. Entonces, es delicioso leer cómo Diderot decía: en este cuadro la condesa está muy gorda y los angelitos no se creen, porque está mal pintado, es decir, va contándole a su amigo lo que hay en los cuadros y lo aprovecha para deslizar todas sus ideas políticas, morales y religiosas sobre su tiempo”, detalló.

En ese sentido, Domínguez Michael expresó que las cartas a Grimm, “son la primera gran obra crítica moderna y está relacionado con la crítica de pintura”.

En su conferencia, el autor de Octavio Paz en su siglo añadió que Diderot introdujo el concepto de sensación.

“Le importaba la sensación que la obra de arte provocaba en el espectador, esto era nuevo, nadie se había puesto del lado del público, había una serie de instrucciones de cómo pintar o escribir o hacer teatro, lo que no había era que nadie se preguntara qué pasaba en el espectador, qué sentía, cómo lo bello se transmite al espectador y qué reacciones puede provocar en él”, indicó.

Diderot se preguntó si los artistas tienen que preocuparse de qué siente su público, y por consecuencia deben alabarlo o irritarlo, poner en tela de juicio sus valores. Entonces con Diderot la precrítica literaria aparece a finales del siglo XVIII.

La crítica que hizo este filósofo francés se ciñó a la pintura de género, la pintura histórica y la que imitaba a la naturaleza, añadió Domínguez Michael, pero dichos géneros tenían su equivalente en la literatura; para esa época, los críticos literarios no existían todavía ya que el concepto de literatura surgió después.

“No existía el concepto de literatura, nacerá hasta principios del siglo XIX gracias a la gran escritora Madame de Staël. En el siglo XVIII se hablaba de bellas letras e incluían todo aquello que estaba escrito para educar al público o para divertirlo, las bellas letras incluían lo que se escribía, era inconcebible que hubiera teatro sin texto, la correspondencia, la narrativa en todas sus formas preliminares y la poesía que también obedecía a reglas muy estrictas”.

El experto comentó que Madame de Staël definió a la literatura como aquello que expresa el genio de un pueblo, idea de que a Diderot le hubiera parecido ridícula, ya que no pensaban en términos de pueblos, sino de individuos y de civilización.

“La crítica tenía obligaciones morales pero había cambiado el sentido de las obligaciones morales, se pensaba que la moral tenía que basarse desde luego en el respeto a la persona, al rey y a la autoridad de la I-glesia, pero sobre todo a dos cosas esenciales para los estéticos del siglo XVIII: que se rigiesen por el buen gusto”, explicó el ensayista.