El próximo 25 de julio, Dolores Padierna lanzará su nueva organización, claramente destinada a hacerle frente un gobierno de alcaldía que se le escapó de las manos. Dos veces consecutivas ha debido suspender convocatorias callejeras masivas para denunciar “fraude electoral” y comenzar movilizaciones constantes; quien le ha exigido esa prudencia fue Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno que también se encargó personalmente de avisarle que había perdido en las urnas ante la aliancista Sandra Cuevas.

A más de un mes de la jornada electoral, Padierna ha desplegado nuevamente sus lazos a organizaciones de ambulantes, vecinales y otras a efecto de que ese domingo 25 de julio, en la mismísima explanada de la Alcaldía Cuauhtémoc, nazca la organización Movimiento 4T Cuauhtémoc. Incluso antes de esa fecha, la lideresa morenista ha llamado abiertamente a sus seguidores a participar en “la reposición de las elecciones de los Consejos de Participación Comunitaria y Presupuestos Participativos” a verificarse el 18 de julio.

De igual forma, de acuerdo a documentos de Movimiento 4T Cuauhtémoc de los que Crónica tiene copia, antes de su presentación multitudinaria, la organización fue convocada a dar buenos dividendos en las consultas lopezobradoristas en torno al enjuiciamiento de expresidentes (agosto próximo) y a la revocación o ratificación de mandato (marzo de 2022).

Sobre la alcaldesa electa y su triunfo, el documento refiere que “el pasado 6 de junio vivimos una jornada electoral en la que se conjugó una amplia participación de la ciudadanía que acudió a votar por la opción política de su preferencia, junto a las prácticas fraudulentas del pasado violentando los principios de una elección democrática, legal y legítima”.

Alega igualmente que el triunfo de Cuevas está bajo sospecha de haberse obtenido de forma “ilegal e ilegítima”. Este discurso sólo prevalece en la Cuahutémoc, pues el resto de los morenistas perdedores han optado por aceptar los resultados.

La nueva organización padiernista estaría declaradamente destinada a ser “de lucha” y a recuperar “la exigibilidad ciudadana y la defensa de la voluntad popular” de cara a lo que parece irreversible: la instalación de un gobierno local no morenista en el corazón mismo de la Ciudad de México.