Metrópoli

Don Agustín no tiene límites: sin pierna y pese a la pandemia realiza mandados a adultos mayores

“Más vale prevenir que lamentar, perdí mi pierna por tomar las cosas a la ligera, no dejaré que me pase lo mismo ante el coronavirus”, dice a Crónica don Agustín, quien en plena pandemia se ofrece para realizar mandados con la esperanza de poder comprar la prótesis de su pierna.

“Mas vale prevenir que lamentar, perdí mi pierna por tomar las cosas a la ligera, no dejare que me pase lo mismo ante el coronavirus”, dice a Crónica don Agustín, quien en plena pandemia se ofrece para realizar mandados con la esperanza de poder comprar la prótesis de su pierna.

Don Agustín no tiene límites: sin pierna y pese a la pandemia realiza mandados a adultos mayores

Don Agustín no tiene límites: sin pierna y pese a la pandemia realiza mandados a adultos mayores

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"Más vale prevenir que lamentar, perdí mi pierna por tomar las cosas a la ligera no dejaré que me pase lo mismo ante el coronavirus", comenta Agustín quien en plena pandemia se ofrece para realizar mandados con la esperanza de poder comprar la prótesis de su pierna.

Residente del barrio Santo Tomas ubicado en la alcaldía de Azcapotzalco Don Agus como todos lo conocen practicaba el oficio de la albañilería, cuenta a Crónica que ala edad de 8 años trágicamente perdió a su madre por lo que su padre paso a ser su único tutor, aunque Agustín siempre quiso ir a la escuela para un día convertirse en doctor los estudios para su padre eran lo menos importante.

“Cuando mi madre falleció las cosas cambiaron para mala, mi padre se volvió alcohólico y yo no pude terminar la primaria pues tenia que ayudar en la casa con los gastos”, narra Agustín.

Sin otra alternativa Agustín tuvo que acuñar el oficio que su padre le enseño, a diferencia de otros jóvenes de su edad para él su infancia fue muy diferente a comparación de sus amigos, pues comenta que mientras sus vecinos asistían a la escuela Agustín tenia que levantarse temprano para ir a la construcción para trabajar con su padre.

Debido al alcoholismo su padre falleció cuando Agustín solo tenia 18 años, solo y sin más familia con quien contar tuvo que dedicarse de tiempo completo a ser albañil lo que frustro su sueño de convertirse en doctor.

“Perder a ambos padres fue un golpe del que no me pude reponer, fue tan difícil afrontar su perdida sin nadie apoyándome, la soledad ha sido lo más difícil con lo que he tenido que lidiar”, señala Don Agustín.

Don Agus cuenta que en repetidas veces intento formar una familia, aun que por alguna u otra razón las cosas nunca se concretaban por lo que decidió dejar de intentarlo y se resigno a vivir solo.

Debido a un accidente laboral Agustín sufrió un severo golpe en el dedo lo que ocasionó que la uña del pie se le incrustara lo que provocaría una severa infección.

“Desde un principio le reste importancia, pensaba que nada me iba a pasar o que mi pie sanaría solo, estaba muy equivocado”.

Poco tiempo basto para que la infección comenzara a extenderse ocasionando la amputación de su miembro.

“Me sentía devastado, solo y sin pierna pensé que solo sería un estorbo”, dice.

Lo que podría parecer desmotivador para Agustín resulto todo lo contrario tal como él lo comenta perder su pierna fue la chispa que lo motivo a seguir adelante.

Ahora a sus cincuenta años y ante la crisis de la pandemia ocupa su tiempo libre para apoyar a sus vecinos la mayoría adultos mayores que viven en la zona con ayuda de su bicicleta realiza todo tipo de mandados para que las personas no salgan de su casa.

Debido a que no cuenta con ninguna fuente de ingresos, ocupa las propinas que recibe de las personas para ahorrar y comprar una prótesis para su pierna.

“Se lo que es estar solo, sin nadie quien te apoye no creo que las personas tengan que pasar por esto, siempre es bueno contar con alguien ”, comenta Agus

Aclara que la gente tiene que ser mas consciente de sus actos, pues tomar las cosas tan a la ligera es un error que puede costar muy caro.