El presidente de Colombia, Iván Duque inició ayer una ronda de reuniones para tratar de abordar el estallido social, pero lo hizo ignorante a los líderes de las marchas. Esto, mientras que miles de personas salieron a las calles de diversas ciudades del país por décimo día en fila para clamar contra el gobierno y contra la brutalidad policial.

Duque se reunió en la presidencial Casa de Nariño con dirigentes de la Coalición de la Esperanza, alianza política de centro-izquierda para las elecciones de 2022, lo que solo sirvió para que estos le pidieran al mandatario derechista un diálogo "genuino" con los organizadores de las protestas, a los que insiste en ignorar.

Quienes organizan las protestas desde hace días, e impulsaron las primeras marchas el 28 de abril son los integrantes del Comité Nacional del Paro, a los que Duque rechaza, aunque cada vez está más disperso el liderazgo de las protestas, lo que le dificulta el diálogo real al presidente cuando se convenza de emprenderlo.

Sin embargo, parece poco probable que el mandatario de su brazo a torcer, pues este viernes siguió sin reconocer la brutalidad y los asesinatos policiales, 37 hasta la fecha, según la ONG Temblores, aunque la fiscalía solo reconoce 11.

Además, Duque insistió ayer en despreciar las protestas, resaltando los actos de vandalismo y hablando de organizaciones criminales detrás de ellas.

La realidad es que las manifestaciones, convocadas en ciudades como Bogotá, Medellín y Barranquilla, pero sobre todo en Cali, han sido en su mayoría pacíficas, llenas de música y performances artísticas.

Sin embargo, Duque ha preferido centrarse en algunas escenas aisladas de quema de instalaciones y saqueo de comercios.

Con información de EFE.