Metrópoli

“Echaban porras cada que llegaba el convoy a la estación”

Juan Cano, primer operador del Metro hace 50 años, narra a Crónica la euforia con la que la capital vivió ese momento de identidad moderna. Para entrar a trabajar al STC era necesario recibir una capacitación similar a la del Ejército; obligatorio vestir impecable y ser honesto.

Juan Cano, primer operador del Metro hace 50 años, narra a Crónica la euforia con la que la capital vivió ese momento de identidad moderna. Para entrar a trabajar al STC era necesario recibir una capacitación similar a la del Ejército; obligatorio vestir impecable y ser honesto.

“Echaban porras cada que llegaba el convoy a la estación”

“Echaban porras cada que llegaba el convoy a la estación”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Juan Cano tiene 70 años, lleva más de 10 años en el retiro. Y pese a ello no se le olvida la primera vez que operó el Metro, en el primer tramo de la Línea 1, de Chapultepec a Zaragoza.

Y es que él fue el primer operador que brindó el servicio a las 07:00 hace ya medio siglo.

El hombre cuenta entusiasmado a Crónica que ese día —4 de septiembre de 1969— la gente comenzó a echar porras cada vez que llegaba a una estación; inclusive, dice, fue la primera vez que escuchó el “¡Sí se pudo!”, que suele lanzarse en los partidos de futbol.

“Lo escuché por primera vez cuando llegamos a Zaragoza”, narra emocionado.

“La gente estaba eufórica, emocionada… era algo nuevo, asombroso para muchos de ellos...

“La primera vez nunca se olvida, fue un honor haber sido parte de ese primer recorrido, la gente aplaudía, me felicitaban, además era bonito ver cómo la gente respetaba el Metro, cómo lo trataban como algo único, los asientos acojinados, las puertas y los horarios se cumplían al pie de la letra, eran otros tiempos ”, añade Juan Manuel.

Entre sus experiencias: vivió el sismo del 19 de septiembre de 1985, el Mundial de Futbol de 1986 y ver a la primera conductora de un tren del Metro. Siempre en la cabina del tren.

Juan recuerda que el Metro comenzó a funcionar justo cuando la ciudad era caótica, donde los estudiantes de distintas universidades se encontraban en huelga, pues estaba fresco el Movimiento de 1968.

Dice con tono melancólico que lo que sólo sería un paseo por el entonces Distrito Federal se convirtió en un momento clave para conocer el STC y quedarse a trabajar por muchos años.

Se acuerda que mientras su amigo Jaime fue a ver a su novia chilanga de nombre Griselda, el comenzó a buscar un lugar para quedarse a dormir y conseguir trabajo, aunque fuera temporal, pues tenía que regresar a su rancho, en Hidalgo.

“Fuimos con Alberto Montoya, un amigo que estaba en la contratación de personal para el Metro y le entré al cotorreo. Firmé un documento, llené mi solicitud y, en un principio iba a trabajar de inspector, pero por azares del destino me quedé como conductor”.

Dice que las capacitaciones del Metro en aquellos ayeres eran estrictas, “casi como estar en el ejército”. Había que cumplir horarios, obedecer sin reclamar, presentarse impecables a trabajar y, sobre todo, ser honestos.

El jueves 4 de septiembre de 1969, jamás lo olvidará, llegó a la estación Chapultepec para cumplir con su horario de trabajo y al ver en los turnos que él iniciaba el servicio se preparó para conducir el primer tren.

“Fue a través del tiempo que con el Metro comencé a conocer la Ciudad de México, y más con la construcción de nuevas líneas, en la Línea 2 también me tocó estar en los momentos que se inauguró, que en aquel entonces era de Tacuba a General Anaya, y así muchas otras”, explicó Juan.

FECHAS IMPORTANTES. Una de las experiencias que más recuerda el exoperador del Metro fue el sismo de 1985, cuenta que fueron momentos terroríficos tanto para los trabajadores como los usuarios del STC, pues hubo fallas en la energía y hubo que revisar todas las estaciones para evitar un colapso en la red.

“Para los pasajeros que esperaban en las estaciones fue más sencillo sacarlos, pero hubo personas que se quedaron en los túneles, ahí fue diferente, porque la gente no podía ni siquiera salir, nosotros una vez que se reanudó el servicio estuvimos laborando, sin importar que nuestras familias o amigos no aparecieran, teníamos que ayudar a la población trabajando normalmente”, agregó.

Otra de las experiencias que Juan recuerda con mucho cariño fue el mundial de México 86, puesto que la Ciudad de México albergó a miles de turistas extranjeros que venían a apoyar a sus selecciones, incluso dijo que ése fue un gran momento para conocer gente nueva.  Así mismo, otra de las cosas que lo hacen sentir orgulloso de trabajar en el Metro fue colaborar para que las mujeres que laboraban dentro del STC tuvieran los mismos derechos y que de esa manera obtuvieran puestos más altos y mejores pagados dentro de las instalaciones.

“Había mucho machismo, pero nos demostraron que son capaces de más, de trabajar mucho mejor, me tocó ver a la primera conductora del Metro, cosa que antes no pasaba, ver ese logro, a mí me llena de felicidad ver que ellas también lograron un cambio”, detalló Cano.

Por último, el primer conductor del Metro dijo que espera ver una ciudad que vuelva a esos valores con los que vio al inaugurar el servicio, pues dice que falta mucho por trabajar y actualizar y espera que las nuevas administraciones tomen en cuenta el primer plan maestro del Metro para seguir movilizando a los capitalinos y no dejar a un lado al Sistema de Transporte Colectivo.