Opinión

Educación musical: Hacia una formación integral de la personalidad humana

Educación musical: Hacia una formación integral de la personalidad humana

Educación musical: Hacia una formación integral de la personalidad humana

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La realidad actual, en un mundo globalizado y en constante evolución social, demanda nuevas competencias y requiere de individuos capacitados en diversos ámbitos, y cuyos resultados eficaces y eficientes, garanticen el logro de objetivos personales, colectivos e institucionales, es decir, que se requiere y resulta imprescindible la transformación gradual pero firme de los sistemas educativos; ejemplo de ello en nuestro país, tenemos, como protagonista de primera línea, a la Secretaria de Educación Pública, atinadamente a cargo de la maestra Delfina Gómez Álvarez para enfrentar este extraordinario y trascendental reto.

En nuestro país, como en la mayoría de los países del mundo, se han estado generado reformas y propuestas para transitar de una educación basada en la memorización pasiva del educando y la transmisión lineal y rígida del conocimiento a modelos de aprendizaje más dinámicos e integrales, que consideren las diversas áreas del saber y del desarrollo humano, es decir, dirigidas a lograr una formación plena de las personas en la que adquiera y desarrolle los conocimientos, habilidades y aptitudes necesarios, pero también los principios y valores en el plano emocional, filosófico, cultural y espiritual, a través de todos los campos de la formación académica, incluyendo la educación artística, y en especial la música, como lo establece el artículo tercero constitucional.

Alcanzar este propósito de inclusión y dar certeza constitucional a estos elementos esenciales en la educación integral, sin embargo, ha requerido un trabajo legislativo que difícilmente ha estado exento de intereses políticos y de grupo.

Así, desde los primeros meses del actual Gobierno Federal se anunció la creación del Programa de Educación Musical y Orquestas Escolares, Nueva Escuela Mexicana, para fomentar y promover la apreciación y expresión musical, como un medio de enseñanza-aprendizaje conveniente y útil para la vida, y con el que se pretendía poner en marcha 300 orquestas y coros con al menos 80 mil participantes. La propuesta incluyó la creación de la Dirección de Educación Musical y Orquestas Escolares que tendrían como base de enseñanza el método de las 83 orquestas de Fundación Azteca, mismas que un tiempo después, en noviembre de 2019, serían adscritas a la Secretaría de Educación Pública.

La música como disciplina que contribuye al progreso de la educación de una manera recreativa y deleitante, y al ser una experiencia estética profunda, sin duda potencializa el talento de las personas y de los estudiantes en particular, ocupando un lugar indiscutible en el currículo educativo, pues representa una actividad llena de pluralidad e identidad cultural a partir de la diversidad de nuestra propia realidad contextual.

Desde la antigüedad griega y china en que se incluyó a la música como parte fundamental de la educación, la evidencia sobre el impacto de aquella sobre ésta, es fundamental: ayuda al desarrollo del lenguaje, mejora las capacidades sociales, y fortalece la formación neuronal al desarrollar la capacidad en ambos hemisferios cerebrales. Hoy en día, los estudios de neurociencias cognitivas sugieren que tiene un poder transformacional sobre el espíritu que modifica las aptitudes de aprendizaje y del comportamiento social a lo largo de la vida humana; por ello, en casi todas las tendencias educativas formales e informales la música es primordial, incluso en las redes sociales donde los creadores de contenido musical permiten vivir una experiencia sumamente realista a través de la llamada música 8D o sonido envolvente o con movimiento, ya que tiene como base el audio binaural, inmersivo u holofonía, conocido como sonido 3D, de manera que el sonido se convierte en un espacio virtual donde los estímulos llegan a los oídos desde muchas direcciones.

Actualmente, los creadores de esa música utilizan softwares y algoritmos de reverberación especial que permiten una experiencia diferente, generando la sensación de que la música tiene la capacidad de transportar al receptor a diversas dimensiones. En todo este proyecto hay un único objetivo: buscar un sonido mucho más realista.

Sin duda, esta tendencia tiene la potencialidad de ser incluida en la construcción de un corpus de conocimiento en el campo de la educación musical, que ante un contexto de austeridad puede ser una opción viable y factible en torno a temas y discusiones de gran calado como los libros de texto gratuitos, donde cabría la interrogante: ¿Ante la enorme evolución de la tecnología, por qué no usar esta técnica de la música 8D en audiolibros, como una herramienta innovadora del aprendizaje?

Muchas son las ventajas de la educación musical para los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, pero en el momento actual donde las afectaciones por la pandemia de Covid-19 y las complicaciones generadas por el confinamiento son todavía inconmensurables, la música representa un espacio pedagógico para la edificación de renovadas relaciones cognitivas y emocionales; un refugio de expresiones y canalizaciones afectivas, y una fuente inagotable no sólo del estímulo, la creatividad y el talento, sino también de la salud física y mental de las personas y de sus contextos.

A pesar de que ha estado pendiente tanto la misión como los objetivos gubernamentales en torno al fomento de la música como proceso educativo, el hecho de que hoy nuestras autoridades reconozcan la importancia de la música a la par de la evolución humana y de su edificación formativa, están permitiendo en la práctica su incorporación gradual en cada paradigma educativo, derivado del funcionamiento real de las estructuras y sus procesos.

Siendo la Secretaría de Educación Pública, el organismo encargado de regular en nuestro país la educación básica en sus distintos niveles y modalidades, y dada la configuración del actual sistema educativo nacional, tiene el desafío de enfrentar algunos problemas (en su mayoría, legados del pasado) que tienen que ver con los planes de estudio y la formación de docente, sin dejar de lado los de índole económica social y cultural.

Con creatividad, entusiasmo y confianza, como se han estado fomentando desde el más alto nivel de la Secretaría de Educación Pública, estamos seguros que este organismo afrontará el extraordinario reto de hacer de la educación musical un factor sustantivo para la formación y transformación de la personalidad humana.