Opinión

Eje Argentina-México: ¿Tercera vía de la izquierda en AL?

Eje Argentina-México: ¿Tercera vía de la izquierda en AL?

Eje Argentina-México: ¿Tercera vía de la izquierda en AL?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La decisión del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, de escoger a México para su primer viaje internacional envía a priori señales muy positivas sobre cómo será su gobierno y, lo que más nos interesa, qué aliados quiere en América Latina.

Un día después de su victoria electoral ­Crónica se preguntaba cuál de las diferentes almas del peronismo se impondría en el nuevo gobierno. La cuestión no es banal, dado que Alberto Fernández es un político casi desconocido fuera de Argentina, todo lo contrario que la futura vicepresidenta, Cristina Fernández, considerada, para bien y para mal, como “la heredera de Evita”, la precursora del populismo izquierdista dentro del peronismo, del que la líder kirchnerista hizo gala cuando fue presidenta. Frenta a esta corriente, la neoliberal que encabezó otro presidente peronista, Carlos Menem, cuya política lo situaría más cerca de Macri y de su aliado en Brasil, Jair Bolsonaro, quien ya ha advertido que vigilará de cerca al nuevo gobierno argentino.

Pero ni los pataleos del ultraderechista brasileño ni la euforia del chavista Nicolás Maduro por el regreso al poder de su aliada Cristina, despejaban la duda sobre quién era la fuente de inspiración de Alberto Fernández. La pista la dio el propio mandatario electo con un viaje que ha causado sorpresa por su rapidez y por su destino: México. Su modelo, pues, parece que va a ser el presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien espera entrevistarse este mismo sábado en México o a principios de la próxima semana.

De esa reunión podría forjarse un eje México-Buenos Aires que marque una tercera vía de la izquierda regional: ni entregada incondicionalmente al FMI, como le pasó a Lenín Moreno en Ecuador (y por poco le cuesta el cargo), ni desde luego la izquierda chavista, más anticapitalista que el castrismo y obsesionada hasta lo absurdo con la “amenaza imperialista”.

Ambos mandatarios podrían beneficiarse de este encuentro. Por un lado, Fernández está enviando un mensaje de que no va a ser un mero pelele de la “bolivariana” Cristina Fernández, quien, por cierto, su primer viaje va a ser a Cuba. Su pragmatismo ha logrado arrancar elogios del presidente Trump e incluso del FMI, que se ha mostrado dispuesto a renegociar con el nuevo gobierno la gigantesca deuda argentina. En cuanto a AMLO, su figura como estadista internacional se acrecienta y acerca a México a Sudamérica, donde podría jugar un importante papel de puente entre EU y la ahora convulsa región, de igual manera que lo hizo con Centroamérica.

Asimismo, Fernández parece haber aprendido la lección de AMLO en cuanto a no caer en las provocaciones de bocazas. Sería inimaginable pensar en qué punto estarían las relaciones entre EU y México (y el intercambio comercial), si el mandatario mexicano respondiera a cada insulto de Trump con otro. El presidente electo argentino está siguiendo la misma estrategia de contención con el agresivo Bolsonaro —quien se negó a felicitarlo por su triunfo—  aunque sólo sea para salvar la relación comercial entre dos países vecinos que se necesitan mutuamente. En cuanto a la cuestión venezolana, todo apunta a que Fernández seguirá la senda de AMLO y eliminará la retórica belicista de Macri contra Maduro, aunque sólo sea para despojar a su régimen del papel de víctima y hacerle entender —y que de paso les quede claro al mexicano y al argentino— que es inmoral llamarse de izquierdas y gobernar con autoritarismo o rodeado de corruptos.

fransink@outlook.com