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El (peligroso) caminito de la escuela, un texto de Juan Manuel Asai

Se acerca el regreso a clases y lejos de tener claro cuál es el plan a seguir, las dudas y temores crecen entre padres de familia.

El (peligroso) caminito de la escuela, un texto de  Juan Manuel Asai

El (peligroso) caminito de la escuela, un texto de Juan Manuel Asai

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El regreso a clases presenciales es prioridad del gobierno federal. El propio gobierno con una narrativa autoritaria, confusa, contradictoria, propició que una aspiración colectiva hoy sea motivo de temor y encono. El resultado es que este viernes, a poco más de una semana del día indicado, no se sabe bien a bien qué ocurrirá en el país el 30 de agosto. Lo único que se puede adelantar es que será un día difícil, atropellado, confuso.

La destreza comunicativa del presidente, un don que le reconocen amigos y adversarios, en el caso del regreso a clases, y en el del manejo de la pandemia en general, ha sido desastroso. Eso le ha ocasionado pérdidas políticas que si falla el regreso a clases pueden ser irreversibles. Primero salió con aquello de que, aunque llueve, truene o relampaguee y bueno en efecto llovió, tronó y relampagueó. Después vino lo de, aunque todos digan que no, yo digo que sí y como broche de oro propuso correr riesgos. El episodio de la carta responsiva es de pena ajena. Con todo esto permeó el desasosiego entre los padres de familia.

El factor clave de este proceso es la confianza que se ha ido perdiendo. Con respecto al regreso a clases presenciales hay criterios científicos aplicados en otras latitudes que pueden, ajustándose, replicarse en México. Desde luego el estado en que se encuentran las escuelas es primordial. Si hay planteles sin agua potable y una de las recomendaciones centrales para abatir contagios es lavarse las manos con frecuencia, abrir esas escuelas es un sinsentido.

Llevar a los niños a las escuelas requiere la movilización de los padres de familia, la saturación de autobuses y el metro, el congestionamiento del tráfico, que también cuenta en los contagios. El gobierno no ha podido ni siquiera convencer de su plan a los maestros que son su clientela, entre otras razones porque es su patrón, paga sus quincenas. El SNTE, institucional, aceptó en bloque el regreso, aunque comienzan a brincar secciones que demandan que se frene. La CNTE ha dicho desde el principio que no y no. El presidente los regaña, manotea, se enoja, pero no hace lo que recomienda el librito: negociar.

¿Qué quieren? Si se complace a los líderes los demás los seguirán. ¿Cuántas reuniones ha tenido la secretaria Delfina Gómez con la dirigencia de la CNTE? Debería verlos diario. Descalificarlos en público, decir que son neo conservadores, no encarrila una solución, sino que alienta el pleito. Hay que hacer la chamba política y no creer que una orden presidencial ahorra la talacha de los secretarios de Educación y Gobernación.

En los días que faltan el gobierno puede ajustar su línea discursiva. Eliminar todo vestigio de autoritarismo. La idea central es hay que regresar porque es lo mejor para los niños que estarán muy bien cuidados. Las condiciones imperantes en las escuelas de la CDMX no son las mismas de las escuelas de la periferia o de zonas deprimidas de Guerrero, Chiapas o Oaxaca. Las escuelas aquí requieren una buena barrida, mientras que muchas de esos lugares no tienen luz, piso, baños, por lo que las condiciones no se pueden equiparar.

Si el regreso a clases falla, la revocación de mandato de marzo del año que entra será una pesadilla para la 4T. Los padres de familia tomarán revancha.