Opinión

El arca de Noé y las mascotas del presidente AMLO

El arca de Noé y las mascotas del presidente AMLO

El arca de Noé y las mascotas del presidente AMLO

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Pongámonos bíblicos. Un día Yahvé —soy el que soy— se comunicó con Noé y le manifestó su enojo —paternal— por la decadencia de la humanidad y la gran corrupción en la que estaba sumida y le encargó la construcción de un arca para salvar a las especies en la tierra porque iba a mandar un diluvio castigador.

El diligente Noé —ante el asombro a las palabras divinas— comenzó la tarea y eligió parejas de animales para repoblar el mundo después del cataclismo revelado. La palabra de Dios se cumplió y Noé, el hombre justo y honrado, con su familia y animales en el arca sobrevivió a los cuarenta días ininterrumpidos de lluvia que ahogó a los corruptos y edificó una nueva sociedad entre la carroña y la devastación.

El pasaje bíblico se repite. El Presidente y su grupo —honestos por autodefinición e iluminados en la doctrina del antiliberalismo— han decidido construir su propia arca en la que no se admiten los conservadores, ni los criollos (salvo él, su familia y sus amigos cercanos), ni nadie que se oponga a sus ideas.

Esta nave de la verdad rescatará a los marginados de la ignominiosa globalización, la empobrecedora apertura de los mercados, la inmoral privatización de la gestión pública, la elitizante profesionalidad de los servidores públicos, las tardadas licitaciones públicas, el estorboso debido proceso, el inconveniente respeto a los derechos humanos, le molesta autonomía del INAI, INE, INEGI, CRE y Banco de México, la inapropiada objetividad e imparcialidad de los jueces, la inaceptable evaluación de los maestros, la imperialista inversión extranjera y privada en el mercado energético. En síntesis, los protegerá de todas las terribles calamidades del neoliberalismo.

La redención de los justos —él y sus partidarios— se construirá entre los escombros de las instituciones. Un mundo nuevo. Nada de guarderías para las trabajadoras, ni refugios para las mujeres víctimas de violencia, ni seguro popular, ni aeropuertos globalizantes, ni energía limpia. Sobre las ruinas de lo que se ha construido en treinta años —pues según él nada sirve— se levantará el pueblo rescatado de sus propios pecados.

La selección de los pasajeros del arca se hará a través de los programas sociales. Lo que sigue lo entrecomillo y subrayo que es una cita textual por lo profundo de la ofensa “…. la justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre... Hasta los animalitos —que tienen sentimientos, ya está demostrado— ni modo que se le diga a una mascota: ‘a ver, vete a buscar tu alimento’. Se les tiene que dar su alimento, sí, pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo.” (Versión estenográfica de la conferencia de 29-03-19, publicada en www.gob.mx/presidencia).

El proyecto de nación de la cuarta transformación proviene de la revelación casi divina —algo similar a Mi Lucha de Hitler— y supone la existencia de una sociedad corrupta hasta las raíces que merece un castigo, que es la destrucción de todo lo que se ha construido en los últimos treinta años, el apoyo incondicional de un grupo de fieles capaces de cualquier acción no sujeta al marco legal (que es producto de la misma corrupción) y el pastoreo de personas que, equiparadas indignamente a los animalitos que tienen hambre, seguirán con fidelidad en la aventura del arca al líder.

El Presidente López Obrador se auto-compara con Juárez y con Madero. Un liberal y un demócrata. Esto es, por lo menos, un auto-engaño. Ambos héroes nacionales parten de una premisa común: el respeto a la persona humana, que es el fin de la acción colectiva. Primero el ser humano, que es libre por naturaleza, después la sociedad, cuya organización tiene como principal finalidad la felicidad de los individuos, de las personas con dignidad y libertad.

En realidad, este tipo de declaraciones lo igualan con líderes bíblicos o autoritarios, como Porfirio Díaz o cualquier populista del siglo XX, que condujeron a sus países a la dictadura y/o a la ruina.

La facilidad con la que el Presidente actúa fuera de la ley, culpa al pasado por sus propias deficiencias y ofende a las personas violando sus derechos humanos es preocupante. El calificativo de las mascotas es inaceptable y revela su inconsciente, lo que realmente piensa de las personas. Para el Presidente somos meros instrumentos para realizar su ambición, que pasa por la destrucción de las instituciones de este país. Esperemos que, por el bien de todos, el diluvio presagiado nunca llegue. Vale.

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I
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