Opinión

El avilocamachismo en Morena

El avilocamachismo en Morena

El avilocamachismo en Morena

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Veinte muertos en un accidente en una línea del Metro hecha cuando Marcelo Ebrard era jefe capitalino y el actual presidente de Morena, Mario Delgado, encargado de finanzas de la CDMX, no pueden considerarse como un distractor aunque desde luego es un inmejorable aliciente para quienes un día sí y otro también le encuentran prietos al arroz de la 4T a veces desde posturas bien racistas o idiotas, y otras desde bases razonablemente críticas.

Callar o defender vociferantemente lo que se hace mal no es bueno para la democracia aunque uno esté seguro de votar por un proyecto. Transcribo, no sin antes decir que fuimos muchos quienes advertimos el peligro que suponía para la cuarta transformación la incorporación de personajes que tarde o temprano ocasionarían problemas. Retomo aquellas líneas con fecha y título. En corchetes apostillo.

Mario Delgado, línea 12 y Morena: 29 de enero de 2015.

Hace poco, llamó mi atención que uno de los políticos encargados de darle seguimiento al fraude de Ficrea fuera nada más y nada menos que Mario Delgado. A raíz de este muy lamentable incidente de defraudación, el senador aprovechó la desgracia de los ahorradores para dar conferencias de prensa, tomarse la foto, hacer declaraciones y mandar tuits demagógicos al ciberespacio. Que si no estaban solos, que si propondría comisiones para ir al fondo de los hechos, que si presentaría magníficas iniciativas para que por arte de magia recuperaran el dinero robado... Los inevitables tacos de lengua que nunca faltan en la mesa de los charlatanes serios.

[Con las decisiones sesgadas del INE el que sale a cuadro es este señor que por culpa de decisiones ejecutadas con torpeza, se nos presenta como un paladín de la democracia. Si los anuncios de la oposición son vomitivos, en los que sale a cuadro Mario Delgado defendiendo un proyecto desde un avilocamachismo súper democrático dan penita ajena]

Es lamentable lo que pasó con los defraudados por Ficrea y lo es más si consideramos la vida de lujos, los inmuebles millonarios y los autos propiedad del hoy prófugo Rafael Olvera Amezcua, así como de su parentela envuelta en este escándalo de corrupción que tuvo lugar gracias a la complicidad de estos pillastres con el sistema bancario y hacendario nacional e internacional.

Pero que Mario Delgado, el cómplice de Ebrard en el gigantesco fraude que representó para todos los contribuyentes, y desde luego para los usuarios, la línea 12 del Metro, se haya ostentado como uno de los paladines de los defraudados por Ficrea, me pareció el colmo del cinismo y otro lamentable ejemplo de un país que pese al optimismo de algunos intelectuales y académicos, todavía permanece inmerso en un lamentable atraso político.

El segundo gran momento de este senador que era el favorito de Ebrard para heredarle el cetro aunque nadie en el reino de Chilangolandia lo conociera, fue cuando anunció su salida del PRD para afiliarse a Morena. En ese plural cantinflesco que usan desde Juanito hasta Enrique Peña Nieto, Delgado le comentó a Adela Micha: “Desde hace tiempo tengo una invitación por parte de Morena y seguramente andaremos por ahí... Con Andrés Manuel tengo una muy buena relación, soy cercano a Marcelo Ebrard, quien por el momento no me ha comentado nada sobre Morena”.

Es decir, ya le pidió permiso a su padrino y desliza la posibilidad de que éste también se pase a las filas de Morena. Más allá de cualquier observación de valor, desde el punto de vista estrictamente pragmático, arropar a Delgado y a Ebrard con la camiseta de Morena tendría un altísimo costo político, además de que sería una muestra de desprecio a la inteligencia de sus cada vez más atribulados militantes.

[Odio decir: se los dije. Ambos son indefendibles, aunque Porfirio Muñoz Ledo también lo sea. Y no es falta de cuadros que en ciertas áreas técnicas se carece de ellos, es la defensa de cotos de poder y huesos políticos.]

En estos días la comisión de diputados que investiga el fraude de la Línea 12 presentará sus conclusiones, por lo pronto ya adelantaron que se recomienda deslindar responsabilidades de los siguientes funcionarios, según una nota de El Financiero: “El ex jefe de gobierno, Marcelo Ebrard Casaubon; el ex secretario de Finanzas, Mario Delgado Carrillo; y el ex titular del Proyecto Metro, Enrique Horcasitas Manjarrez. También denuncia y demanda que se aclare ‘por qué se decidió y quién autorizó en última instancia que en el contrato con la empresa española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se estableciera el precio del dólar en 16.27 pesos la unidad, cuando el 31 de mayo de 2010, fecha en que se firmó, el precio era de 12.91 pesos, decisión que se traduce en un sobrecosto de 3 mil 197 millones de pesos’”.

Si los integrantes de Morena van por la Ciudad de México con personajes así en sus filas se ganarán el repudio de su militancia. Allá ellos.

Y aunque un accidente de semejante gravedad no puede pasarse inadvertido, los chilangos no podemos perder la mira que de que en ciertas áreas prioritarias en las que hay caciques, gánsteres como la Benito Juárez los ciudadanos de esa demarcación se están jugando mucho.

Tamaulipas está muy lejos de Chilangolandia, pero un lamentable accidente como el de ayer no nos debe hacer perder de vista que el desafuero de un “presunto” narcogobernador es defendido por la oposición que compite en las urnas con el partido mayoritario.

Lo de la hija de Salgado Macedonio es una burla para muchos simpatizantes, pero la necedad hace cálculos “pragmáticos” de cada vez más corta duración.

El caso más emblemático es el de Monterrey. Más allá de sus mentiras, el avilocamachismo es posible que logre, espero que sin proponérselo, el triunfo de un cretino cuyos mayores logros son los tik toks comiendo hamburguesas al lado de una novia a quien regaña por enseñar las piernas.

Consejo para Morena, aprovechen a la militancia para los anuncios de campaña y saquen a los malos políticos de cuadro que en lugar de sumar restan y provocan gastritis, por piedad.