Opinión

El Batallón de San Patricio en las Fiestas Patrias

El Batallón de San Patricio en las Fiestas Patrias

El Batallón de San Patricio en las Fiestas Patrias

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Las fiestas patrias del mes de septiembre nos obligan a recordar a nuestros héroes del movimiento de Independencia, muchos de los cuales fueron sacerdotes, empezando por el cura Miguel Hidalgo, y sin poder olvidar a José María Morelos, Mariano Matamoros, Fray Servando Teresa de Mier, José María y Cos, e incluso, Fray Melchor de Talamantes, que, ya sea a través de la promoción de las ideas liberales como José María Alcalá  o Matías de Monteagudo, o de manera activa, con las armas o al frente de tropas, lucharon por hacer de México un país libre y soberano.

Las fiestas de la Independencia se involucran con la fiesta litúrgica de la Virgen de Dolores, de donde era párroco el cura Hidalgo, en Guanajuato, razón por la que al tocar la campana el cura Hidalgo, aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810, para exhortar al pueblo a la lucha, la gente pensó que el llamado tenía que ver con la fiesta patronal.

Se sabe que aquella campana estaba dedicada a San José, por lo que también se le puede asociar con la lucha por la Independencia, y más adelante, en el templo de Atotonilco, el ejército insurgente se hizo de un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe, razón de sobra para que sea considerada reina de México.

Otras fechas relevantes del mes de septiembre son la Batalla del Molino de Rey el 8 de septiembre y la heroica defensa del Castillo de Chapultepec, realizada por algunos cadetes que se encontraban en el recinto aquel 13 de septiembre de 1847, y que por aquellos años, funcionaba como el Colegio Militar.

En relación con esta efeméride, aunque que no siempre es recordada, están las muertes que se registraron los días 12 y 13 de septiembre, cuando tuvieron lugar las ejecuciones de los integrantes del Batallón de San Patricio, un numeroso grupo de irlandeses que se unieron al Ejército Mexicano, durante la intervención estadunidense en nuestro país, que tuvo lugar de 1946 a 1948.

Este grupo de soldados, inicialmente, venía con el ejército de los Estados Unidos, pero estaba integrado por católicos provenientes de Irlanda y de Alemania, y que inconformes con el proceder de la mayoría que era protestante, la brigada de John O’Reilly desertó y los soldados cambiaron de bando, teniendo como bandera una imagen de San Patricio, Patrono de Irlanda, y un arpa dorada con las palabras “Irlanda por siempre”.

Ellos participaron en severos combates en Monterrey, en 1846; luego en la Batalla de Churubusco, el 20 de agosto de 1847, donde perdieron y, finalmente, los prisioneros fueron trasladados al pueblo de San Jacinto, en San Ángel, donde fueron ahorcados por orden del general Winfield Scott.

En la Plaza de San Jacinto hay una placa conmemorativa con los nombres de 71 miembros de este batallón, de los cuales, 48 eran irlandeses y 13 alemanes, y en la Cámara de Diputados aparece el nombre del Batallón de San Patricio, al lado de muchos otros héroes mexicanos.

Carlos Villa Roiz