Buzón

*

Señor director:

Sobre la nota titulada “Tres, cuatro, cinco segundos… y el miedo presidencial” de nuestro reportero Daniel Blancas Madrigal, los usuarios de Facebook hicieron comentarios al respecto:

Adán Contreras: También se hubiese hecho una descripción, del anterior mandatario. ¿Por qué no se hizo?

Alex Alayola: Sexenio tras sexenio la corrupción creció tanto que es difícil de arrancar, así como cuando la basura se acumula tanto, que es más complicado de limpiar. Es obvio, es mucha la presión en su combate contra la corrupción.

Erika Dorantes: A mí me parece ver a un hombre con la plena conciencia que es un ser humano como cualquiera, que vale la pena dar hasta su vida por ver un México en el que todos sean felices y tengan oportunidades iguales. Veo un hombre Inteligente, visionario, humilde, humano, con mucho amor a México, luchador, terco, genuino, con miedo porque es un hombre como cualquiera pero con las agallas que nadie ha tenido en estos últimos años. Y tú que has escrito esto sabes perfecto que estás desacreditando y haciendo creer algo que no es, pero bueno, sólo lo estas engrandeciendo. Señor Presidente gracias por luchar arduamente encontra de la corrupción.

Elvira León Espinoza: Adelante licenciado Andrés Manuel López Obrador, hay jodidamente.

El Ejército, la Marina, policías, y lo mejor, el pueblo te apoya. Ya no hay nada qué perder pero hay mucho que ganar...

Ricardo Serrano Fernández:  Sobre de esta lógica, entonces Andrés Manuel López Obrador sabía y protegía los negocios de René Bejarano y Carlos Ímaz, su hígado le hace decir la verdad.

M D Ojiva Geri: Y cuando agarraron a su secretario particular Bejarano, agarrando fajos de billetes; su opinión era la opuesta a la de hoy. En ese entonces dijo que el titular del Ejecutivo, no se entera de todo lo que hacen sus subordinados y compañeros de oficina... ¿Qué cosas no?

Gisela Nicolás Rodríguez:  Si él es nuestro Presidente fue porque Dios así lo permitió. Nada sucede por casualidad.

Horalia Perdomo Soto: Sólo está sacando su verdadero yo, un lobo con piel de oveja.