Opinión

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Comentarios de los cibernautas

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Señor director:

Sobre la nota de Daniel Blancas, reportero de investigaciones especiales de Crónica, y su secuestro en las proximidades de Tlahuelilpan, Hidalgo, nos llegan los siguientes comentarios:

Salvador Luna Tejeda: Pura faramalla el Ejército en esa zona. ¿Por qué creen que los huachicoleros de Tlahuelilpan estaban tan envalentonados en contra de ellos cuando los corrieron antes de la explosión? Ellos tienen el poder. Y lo demás es teatro. El periodista indefenso e inocente siempre será la víctima... Y su único delito es querer informar.

Marvin Pitzam: Y los militares, bien gracias... Qué impotencia, pues así seguirá México con sus dos gobiernos. Los criminales narcos y los criminales políticos.

Leticia Faraón: Al “jefe” hay que darle un lugar en las cámaras, hay que premiarlos por estar robando al país, así lo hace este señor, todo mal… lo quiere arreglar con dinero. Como si a una grave enfermedad le pusiera un curita...

María Natividad Nava: Qué pesadilla viviste, Dios te cuidó y protegió, que ahora lo contaste y nos enteraste, fuiste muy valiente y arriesgado, Dios te cuide y te proteja.

Leo Capistrano: Si tienes la tarea, López Obrador.

Lupe Cuata: Y todavía les dieron dinero y los que están internados están gastando dinero de nuestros impuestos; por eso siguen, porque en lugar de castigarlos los premian. Nosotros no tenemos la culpa de tantos muertos, ellos por pinches delincuentes y los premian, son chingaderas.

Guadalupe Martínez Nieto: Que cierren esos ductos para siempre y maten a esos malditos huachicoleros ratas inmundas que no son buenos para nada más que para robar.

Luis Amaro: ¡Y aun así les van a dar ayuda mensual a estas personas! Seguro que entre los que participaron en el secuestro hay culeros que van a recibir el apoyo.

Luis Rodríguez: La realidad de nuestro México.

Leonor Contreras: Qué grandísima tristeza que la corrupción y el robo no estaban sólo entre los gobernantes, también entre la “ gente sencilla”; la narración de la pesadilla que vivió el periodista nos hace saber que ya no puedes ser turista en cualquier lugar de tu propio país.