Opinión

El Buzón

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La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

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Señor director:

Sobre la columna “Para narrar el desastre”, de Raúl Trejo Delarbre, nos llegan los siguientes comentarios vía web:

Moisés Flores nos señala: ¡Sr. Delarbre, usted como muchos fifís y conservadores (me canso de decírselo al ing. Alcalá) están viendo el vaso medio vacío. Sea objetivo! ¡Si no ayudan no estorben! Ya basta de hacer agujeros a la lancha. Ya basta de buscarle tres pies al gato, hay que sumar por México, por el bien común, no por el bien de unos cuantos corruptos.

José Luis Torres Cacho:

Los hechos hablan... y hay muchos retos, ojalá el compromiso con toda la nación, por su beneficio, se subraye. Se actúe contra la impunidad...hasta ahora deja mucho qué desear... veamos por el bien común, en serio.

Gabriel Soma: ¿Pero de qué rayos está hablando? Cada uno de sus puntos de análisis era mucho peor en sexenios anteriores: los megaproyectos llevándose a cabo sin siquiera consulta popular, la economía en retroceso absoluto, al menos ahora Pemex está logrando autofinanciarse, nunca hubo un mínimo de política ambiental, con Obrador al menos hay exploración de política de drogas, derechos LGBT, trabajo con los sindicatos en lugar de absoluta ley del hielo, desarme de los cuerpos de represión. No es perfecto, sigue siendo un político de la vieja escuela, pero nos brinda un poco de buenas noticias, mientras los políticos anteriores no hacían más que deprimirnos a todos (excepto, tal vez, a personas como usted, empresarios políticos cuya misión es hacer plata y no ayudar en lo más mínimo a la sociedad). Sus puntos son los mismos desde hace meses, y los van a seguir reutilizando por cinco años más. Póngase a escribir algo decente y deje ya de quejarse.

Scott Alejandro: Sin duda, la mejor radiografía de lo que es el Peje-ganso. Es lamentable que todas las mañaneras, junto con sus paleros periodistas le hacen preguntas a modo para su “lucimiento” que, lo único que provocan es hilaridad, pues siempre responde con interjecciones que adormecen a los que, por obligación, realizan su trabajo reporteril; los escasos periodistas que lo ponen en aprietos al realizarle preguntas puntuales, de inmediato se sale por la tangente para culpar a las administraciones pasadas.