Cultura

El Códice Colombino, poco conocido, pero el único que permanece en México

El códice mixteco — que narra la vida del guerrero 8 Venado Garra de Jaguar— fue comprado a un coleccionista alemán en una comisión a cargo de Los Científicos en el porfiriato, para conmemorar los 400 años de la llegada de Colón, explica Manuel Hermann Lejarazu investigador del CIESAS

El Códice Colombino, poco conocido,  pero el único que permanece en México

El Códice Colombino, poco conocido, pero el único que permanece en México

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El Códice Colombino es el único códice prehispánico que se encuentra en México. Este documento, no tan difundido como los códices mayas y los nahuas, sobrevivió a la conquista española, fue hecho con piel de venado, mide 6 metros, es de origen mixteco y narra la vida del guerrero 8 Venado, Garra de Jaguar.

Crónica presenta una entrevista con Manuel Hermann Lejarazu, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y estudioso de este códice que fue dividido y cuya otra parte, llamada Códice Becker I, se encuentra en Viena, Austria.

HECHURA INDÍGENA. Los manuscritos prehispánicos que sobrevivieron a la conquista española son: Códice Nuttall, Códice Vindobonensis, Códice Colombino-Becker I, Códice Bodley y Códice Selden. Todos ellos provienen de la mixteca, ubicada en Oaxaca.

“En general, cuando se habla de códices, la gente piensa que son mayas porque, a pesar que de los mayas sólo se conocen tres códices, son muy famosos y lo mismo ocurre con los mexicas. Hay muchas regiones de México poco conocidas y sorprenden porque son donde más noticias tenemos de códices que sobreviven en comunidades originarias”, destaca Manuel Hermann Lejarazu.

De los cinco códices prehispánicos sólo el Códice Colombino se resguarda en el país, en específico en el Museo Nacional de Antropología. Este códice es una tira de piel de venado doblada en forma de biombo que al extenderla mide 6 metros por 19.5 centímetros.

“Los mixtecos eran especialistas en curtir las pieles de venado e hicieron un adelanto importante de técnica para preparar estas pieles que, una vez con ciertas dimensiones y formatos, procuraban formarlas y unirlas a través de largas piezas y tiras de 10 u 11 metros de largo”, explica el historiador.

Ya curtida la piel, los mixtecos unían las tiras para encalarlas y posteriormente empezar a pintarlas con tinturas minerales y también vegetales como la grana cochinilla.

—¿Qué tan deteriorados están los colores en el Códice Colombino?

—A pesar que sufrió muchos deterioros intencionales, aun así los colores están muy vivos. No hay fotografía alguna, por muy precisa que sea, que refleje el original. Los rojos son brillantes, los azules a veces son transparentes y se ven tonos de azul cielo y mar. Todos estos colores se mantienen.

“Hay otros códices, como el Nutall, que están mucho mejor conservados, pero cuando miras el original uno queda sorprendido por la brillantez de los rojos y ocres, incluso se piensa que en algunas partes de la Mixteca se pudo haber utilizado el azul maya, es decir, que pudo haber llegado a esa región el mineral paligoskita. Del rojo ya se han hecho investigaciones recientes y muestran el uso de la cochinilla”, responde.

SIN VÍNCULO A COLÓN. El Códice Colombino afortunadamente nunca salió del país aunque estuvo cerca de ser comprado en Estados Unidos y, aunque su nombre hace referencia a Cristóbal Colón, nada tiene que ver con el navegante europeo, afirma Hermann Lejarazu.

El Códice Colombino fue comprado al coleccionista alemán Joseph Dorenberg cuando Porfirio Díaz, con motivo de los 400 años del encuentro de dos mundos, reunió a su grupo de Los Científicos en una comisión colombina para buscar monumentos arqueológicos.

“Por 1888 hubo la coincidencia de que se formara una comisión para celebrar los 400 años del descubrimiento de América, integrada por historiadores como Alfredo Chavero, Francisco del Paso y Troncoso y Vicente Riva Palacio. Tenían la encomienda de buscar monumentos y piezas arqueológicas, entonces les llegó la noticia de que un coleccionista alemán estaba vendiendo el códice”, narra el investigador.

Francisco del Paso y Troncoso se puso en contacto con Dorenberg, negociaron y México compró el manuscrito prehispánico del cual los historiadores, en ese momento, desconocían su origen e historia.

“Cristóbal Colón no tuvo nada que ver con el códice. Se le nombró Códice Colombino por la junta colombina, esa agrupación científica que fue nombrada por Porfirio Díaz”, aclara.

Hermann Lejarazu platica que antes de que el códice apareciera en venta, poco se sabe cómo llegó a manos privadas.

“Es probable que este códice haya quedado en mano de los señores originarios de la Mixteca, se les conoce como caciques, gobernantes locales o con el nombre de yya. Seguramente ellos tenían muchos de estos documentos y otros manuscritos, pero no se conoce muy bien cómo pudo haberse movido de la Mixteca de la Costa hasta la Ciudad de Puebla, que fue cuando apareció en el siglo XIX”, explica.

Una hipótesis de Hermann Lejarazu es que los caciques de la Mixteca de la Costa vendieron sus papeles en la época colonial. “Eso fue bastante común y normal”, añade.

Al parecer, agrega el historiador, esos caciques tenían tierras en la Mixteca Alta, Baja y en diferentes partes de la región, entonces cuando vendieron sus terrenos, iniciaron conflictos con los propios pobladores.

“Su propia gente ya no los reconocía como caciques, llegó el momento en que tenían que deshacerse de esas tierras y muchas de esas ventas ya se hacían bajo una legislación moderna. El códice es probable que haya llegado a manos de abogados poblanos a mediados del siglo XIX”, infiere.

Hermann Lejarazu indica que, al parecer, el Códice Colombino proviene de Tututepec, Oaxaca, en una época prehispánica cuando era un señorío importante.

“Cuando llegó la conquista española, Pedro de Alvarado tuvo que pelear contra los mixtecos de la Costa y los peninsulares llegaron a considerarlo como un imperio, es decir, un señorío muy fuerte y poderoso en la Mixteca de la Costa”, aclara.

GUERRERO 8 VENADO. El Códice Colombino es la biografía de 8 Venado, el guerrero y gobernante mixteco más importante del siglo XI de Oaxaca.

“La ventaja de los códices mixtecos es que son históricos, tratan de linajes, del nacimiento de los personajes, de los antepasados, los descendientes y, en algunas ocasiones, pueden reseñar eventos históricos muy concretos. Debió de haber sido tal la importancia de 8 Venado que todos los códices llegan a hablar de él en algún momento”, señala el Hermann Lejarazu.

8 Venado, Garra de Jaguar, es alguien que llegó a la Mixteca entre los siglos XI y XII, y los manuscritos prehispánicos narran que ganó importantes guerras, que estuvo en contacto con diferentes grupos de los Valles Centrales de Oaxaca, con nahuas, ubicados en el sur de Puebla, quizá con habitantes de Cholula y con grupos de la costa de Veracruz.

“No tenemos ningún otro personaje tan mencionado en los códices mixtecos, que son muchísimos porque la historia de la Mixteca comienza desde el año 970 y 940 d.C. hasta 1556. Hay otros códices que siguieron hasta el siglo XVI aunque ya estaban los españoles, ellos continuaron haciendo sus códices, siguieron registrando a los gobernantes”, destaca el investigador del CIESAS.

8 Venado fue gobernante que nació en el poblado de Tilantongo, en la Mixteca Alta en 1063 d.C. y logró consolidar su poder hacia 1101 d.C.

TACHES INDÍGENAS. Una parte del Códice Colombino se encuentra en el Museo Etnográfico de Viena, Austria, y aunque esas hojas fueron separadas por los propios indígenas durante los primeros años de la Conquista, años más tarde cayó en manos de un coleccionista alemán de apellido Becker.

“El Códice Becker I es la segunda parte del Códice Colombino, es la continuación. Obviamente no fue pensado así por los mixtecos, los dos códices estaban pegados, unidos, formaban uno solo, pero desconocemos por qué los separaron en dos secciones, en dos códices”, comenta Hermann Lejarazu.

La respuesta sobre la división, hasta este momento, podría encontrarse con el deterioro intencional que los indígenas hicieron al códice en el siglo XVI, quizá hacia el años 1540 o 1550.

“Llegó un momento que este a códice se le dio una nueva interpretación, dejó de ser un documento que narraba la historia de este personaje histórico y fundador de pueblos y conquistador. Entonces, el códice se vio como si fuera un mapa o un título de propiedad porque entró en el fenómeno español del nuevo orden: si voy a reconocer a los señores anteriores necesitan decirme sus tierras y hasta dónde llegan”, narra el historiador.

Bajo ese criterio, todos empezaron a competir entre sí, añade Hermann Lejarazu. Antes las cosas estaban muy claras pero ya no había 8 Venado, sucedió como con Moctezuma, ya no había otro Moctezuma y las personas no iban a obedecer a esos mexicas, ahora los españoles dirán qué hacer.

“A mediados del siglo XVI debió de iniciar el conflicto de decir: estas tierras llegan de aquí a acá. Entonces el Códice Colombino se convirtió en un instrumento jurídico para comprobar que las tierras eran del cacique de Tututepec y no de otro pueblo y cacique”, indica.

El historiador del CIESAS plantea que, probablemente, el códice fue mostrado a alguna autoridad virreinal y ante el temor de los españoles pudieran ver el manuscrito como un documento de idolatría, provocaron un deterioro al documento de piel de venado.

“A pesar de ser un códice histórico que no habla de los dioses ni del calendario ni de rituales, cuando los españoles veían una cosa que no entendían podían interpretarlo como un documento de idolatrías. Entonces los indígenas, los propios mixtecos empezaron a rasparlo de manera sistemática en las escenas donde había sacrificios de animales y auto sacrificios”, comenta.

Los mixtecos trataron de borrar los signos de los días que son representaciones o “cabecitas” de animales de lagarto, lagartijas, culebras y venados, incluso tacharon el glifo de 8 Venado.

“El nombre de 8 Venado fue borrado pero sabemos que es él porque están las ocho bolitas y el venado borrado. Tenían miedo de que los acusaran de algo, pero a las autoridades virreinales les importaba saber dónde estaban las tierras. Entonces los mixtecos empezaron a escribir con glosas en caracteres latinos, ya una vez que sabían escribir mixteco en alfabeto latino, el nombre las tierras y ya con eso no hubo problema”, explica.