“Desde que llegó el coronavirus, el negocio se encuentra en números rojos; este año será muy difícil poder cumplir con el pago de aguinaldos, es una situación que nunca antes se había visto”, comenta Samuel Hernández, propietario de una cantina en la colonia Guerrero.

El empresario, quien llevaba más de 10 años administrando el negocio que su padre le heredó, dijo a Crónica que a esta altura de la pandemia apenas están aguantando con el poco personal que tienen contratado, mientras que está totalmente parado el pago a los proveedores, pues las deudas, a diferencia de los ingresos, continúan en aumento.

“En un buen día atendemos aproximadamente a 10 personas, lo que es prácticamente nada; las restricciones en aforo y horarios nos ha afectado mucho, los ingresos que recibimos apenas alcanzan para pagar la renta”, narra Samuel.

Asegura que, a diferencia del año pasado, se vio reflejado un decremento del 40 por ciento en las ventas, lo que ha puesto al negocio en números rojos, La crisis financiera a la cual se ha visto sometido, al igual que sus empleados, lo ha orillado a tomar la difícil decisión de no otorgar aguinaldos este año.

“Es un derecho de todos mis empleados y nunca se les ha negado; este año ha sido de los más difíciles, pues se sacrificaron los aguinaldos con tal de sacar a flote el negocio”.

Irma, quien es mesera y cocinera en dicha cantina, comenta que hace poco le informaron que necesitaba someterse a una cirugía odontológica, la cual tiene un costo de 50 mil pesos; pensó que las cosas no podrían emporar más, hasta que supo que al igual que sus compañeros no recibiría aguinaldo como en años anteriores.

“Con ese dinero tenía pensado pagar mi operación y saldar mis deudas, soy consciente de la situación y sé muy bien que en estos momentos es cuando más tenemos que apretarnos el cinturón”, señala.

Mientras tanto, el personal, al igual que los encargados y dueños, esperan que la situación mejore, pues aseguran que, si la ciudad pasa de nueva cuenta a semáforo rojo, esto representaría el fin del negocio.

Y es que no sólo el sector privado se ha visto afectado por la desaparición de aguinaldos, tras el anuncio hecho por las autoridades gubernamentales —en donde se señala que se reducirá de 40 a 20 días el aguinaldo que se pagará este año a los trabajadores con puestos en altos mandos, el cual incluye al propio Presidente, así como a secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores y jefes de unidad—, el paquete de rescate económico que incluye la reducción de salarios de burócratas y la retención de sus aguinaldos ha dejado inconformes.

“Ni siquiera consideraron nuestra opinión para tomar dicha decisión, lo peor es que nos dejan sin alternativas, he gastado mucho en medicamento y estudios clínicos, no es justo que nos retiren la mitad de nuestro aguinaldo”, señala Maribel, quien esperaba poder pagar el tratamiento de la diabetes de su madre con su aguinaldo y ahora tendrá que pedir un préstamo al banco para poder solventar los gastos.

Mientras tanto, otros de los burócratas entrevistados por este medio señalaron su inconformidad con este nuevo plan, pues comentan que los más afectados por este recorte son los empleados de menor rango, ya que para los directivos el recorte de aguinaldos no representa ningún problema.

“Aunque a los directores les retengan la mitad de sus aguinaldos, terminan por premiarlos con un bono anual, no todos tenemos esa suerte, como si el incremento en el impuesto no fuera suficiente, ahora tenemos que aceptar quedarnos sin aguinaldo”, comenta José, trabajador del SAT.

Ahora, los inconformes esperan recibir un bono de compensación, el cual les ayude a sobrellevar esta crisis económica por la cual atraviesan.