Cultura

El español, de lengua de colonización a patrimonio de americanos: Concepción Company

“Se ha producido un mestizaje profundo porque voces latinas han sido sustituidas en el español de México por indigenismos. Tal es el caso de mimar por apapachar, mortero por molcajete, quemar por tatemar, pavo a guajolote, ferretería por tlapalería, cuerda a mecate”, señaló durante su participación dentro del IV Encuentro Libertad por el saber. A quinientos años.

El español, de lengua de colonización a patrimonio de americanos: Concepción Company

El español, de lengua de colonización a patrimonio de americanos: Concepción Company

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El español llegó como lengua de colonización, pero con el paso del tiempo se convirtió en lengua patrimonial de 450 millones de americanos nativos que sólo hablan este idioma y manifiestan su mundo a través de él, explicó la investigadora Concepción Company Company en la mesa El español: De lengua de conquista a la lengua patrimonial, en la que participaron Aurelio González Pérez y Pedro Martín Butragueño.

“Se ha producido un mestizaje profundo porque voces latinas han sido sustituidas en el español de México por indigenismos. Tal es el caso de mimar por apapachar, mortero por molcajete, quemar por tatemar, pavo a guajolote, ferretería por tlapalería, cuerda a mecate”, señaló durante su participación dentro del IV Encuentro Libertad por el saber. A quinientos años.

El español, explicó, es una lengua apropiada progresivamente de un mundo amerindio multilingüe, desde la llegada de los conquistadores. Hasta el siglo XVIII, las lenguas amerindias fueron lenguas patrimoniales y mayoritarias; sin embargo, desde Benito Juárez son lenguas minoritarias. “De 1860 en adelante hay una acelerada perdida de patrimonio universal”.

La llegada de la lengua de los españoles fue una catástrofe de visión de mundo que aparecen en testimonios indígenas  hasta  1660; sin embargo los españoles mostraban una gran extrañeza ante usos y costumbres al encontrarse con pueblos que vivían y funcionaban en otra sintonía.

“Por un lado hay un choque de cosmovisión de mundo, dónde el mundo da vuelta y por el otro lado descripciones de españoles diciendo dónde llegamos, pero que tenían claro que iban a conquistar y querían quedarse”

El proceso de apropiación de la lengua española como lengua patrimonial es un balance entre continuidad y discontinuidad, señaló. La primera refiere a que muy tempranamente los indigenismos se adaptaron a la pauta fónica del español y así se han mantenido en el español general, por ejemplo palabras como cacao, cacique, chocolate, tomate y elote.

Por su parte, agregó, la discontinuidad cambia la frecuencia de empleo y el mecanismo de incorporación de indigenismos a la lengua españolas, ya que tenían una explicación en la que se parafraseaba el significado y el contexto.

“En el español general, la incorporación de indigenismos fue muy temprana, desde fines del siglo XV y a lo largo del siglo  XVI con palabras como canoa, chocolate, tiza, huracán, caimán”.

Posteriormente, en el español general no hay entrada de indigenismos. Sin embargo, el español de México no sigue la pauta del español general y existe un incremento enorme en el último siglo novohispano.

Durante el siglo XVIII los indigenismos llevan una glosa amplia o explicativa, donde toman referencias propias para nombrar al mundo nuevo y explicar en qué consiste; y para el siglo XIX los indigenismos ya están totalmente integrados a la literatura y a la prensa sin necesidad de glosa.

“La alta productividad de los indigenismos que permean el español de México han producido una simbiosis de español y, fundamentalmente náhuatl, hasta dar paso a locuciones adverbiales y verbales dónde hay una combinación de verbos con indigenismos, tal es el caso de la expresión a darle que es mole de olla”.