Si nuestros pensamientos son positivos, nuestro estado de ánimo también lo será y por consecuencia nuestras acciones serán asertivas. Pero si nuestros pensamientos son derrotistas nuestras aciones serán fallidas. Quien piensa que está vencido, ya está vencido. Si piensa que no puede no se atreverá y es casi seguro que, en efecto, no ganará. Y pensar que está en sí mismo sólo revertir la orientación de su mente.

Si pensamos que somos triunfadores, lo seremos. Porque en realidad acabamos convirtiéndonos en lo que pensamos cotidianamente.

Recuerda que las batallas de la vida no siempre favorecen al hombre más fuerte o al mas rápido, sino que tarde o temprano, la persona que triunfa es la que piensa que puede triunfar. Por eso hay que estar seguros de nosotros mismos, prepararnos anímicamente para recibir el éxito y sobre todo saber que lo merecemos.

Aunque a veces sienta uno que tiene sueños demasiado altos, hay que mantenerse ahí. Lo imposible se realiza iniciando con lo posible. Quien no se arriesga por lo extraordinario, tendrá que conformarse con lo ordinario. Debemos arriesgarnos a descubrir qué tan lejos podemos llegar.

En ocasiones no obtenemos los resultados que deseamos, pero no hay que confundir nunca una derrota temporal con el fracaso. No bajes la guardia ni te decepciones por nada. No pierdas de vista tu meta, enfócate, ocúpate de lo importante y no de lo urgente, aprende a diferenciarlo, normalmente lo importante es lo que a ti te afecta, y lo urgente es lo que afecta a los demás.

El problema no es plantearnos metas demasiado altas, sino plantearnos metas demasiado bajas y lograrlas. Nunca dejes que nadie te diga que tus metas son demasiado altas o tus sueños irrealizables, pues sólo pensando en las alturas se asciende. Tu meta podrá ser lejana y difícil, pero los grandes retos son para los grandes seres humanos. Con una voluntad férrea de tu parte no habrá poder humano que pueda impedirte el logro de tus aspiraciones.

El éxito se construye con actitud positiva, aptitud suficiente, esfuerzo y determinación constante. Estemos alertas siempre para descubrir, y aprovechar las oportunidades y no dejarlas escapar cuando se presenten.

Hay que saber que llega más lejos un mediocre esforzado, que un apto indolente.

Gocemos la vida pero buscando siempre aprender más porque eso nunca termina para quien quiere ascender y triunfar.

Busquemos rodearnos de personas inteligentes de quienes podamos aprender cada día. Se puede hablar con muchos, pero se piensa con pocos. Pensemos despacio, serenamente, pero actuemos rápido y con certeza. Fama y fortuna todo el mundo las desea, pero ambas cosas se obtienen sólo trabajando y trabajando.

Cobremos conciencia de lo que valemos y sabemos. Seamos valientes para reconocerlo y mostrarlo sin prepotencia, pero recordando que los aplausos o las críticas de los demás no deben importarnos. Ésa es simplemente su opinión, eso no nos determina. Lo verdaderamente importante es conocer en el fondo de nosotros mismos nuestro verdadero valor y saber qué somos generadores de nuestra propia felicidad.

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