Opinión

El juicio a Trump. Guía simple

El juicio a Trump.  Guía simple

El juicio a Trump. Guía simple

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En sólo tres ocasiones un presidente de los Estados Unidos ha sido sometido a juicio político. Donald Trump es uno de ellos, acusado de abuso de poder y de obstrucción al Congreso. Sin embargo, las posibilidades de que el mandatario llegue a ser removido del cargo son casi nulas. Aun así, tan sólo el hecho de que se le esté juzgando, es ya significativo y marcará para siempre su presidencia.

El juicio político es un proceso legal contemplado en la Constitucion de este país que permite investigar a funcionarios públicos, del presidente para abajo, si se sospecha que han abusado de su cargo, ya sea por corrupción, sobornos, o traición, entre otras posibles faltas. Cuando se decide si deben ser juzgados, políticamente, no criminalmente, su caso pasa a manos del Senado, que es justo donde el asunto Trump está desde este martes.

Los dos presidentes anteriores que fueron sometidos a juicio políticos, fueron Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton, cuando el escándalo del amorío con Monica Lewinsky en 1999. Ambos sobrevivieron y permanecieron en la Casa Blanca hasta finalizar sus mandatos.

El presidente Trump esta acusado de intentar forzar a que el gobierno de Ucrania le ayudara a resultar reelecto en noviembre próximo. Para esto, Trump ordenó retener la entrega de millones de dólares en ayuda militar que ya había sido aprobada por el Congreso, hasta que Ucrania declarara públicamente que estaba investigando por corrupción en ese país al hijo de Joe Biden, el exvicepresidente en el gobierno de Barack Obama, hoy aspirante demócrata a la presidencia, que de ganar la nominación de su partido, se cree que podría vencerlo en los comicios.

Se acusa también a Trump de haber impedido que miembros de su gabinete testificaran ante la Cámara de Representantes, cuando las primeras audiencias sobre su juicio se llevaron a cabo en diciembre pasado. Audiencias que no están relacionadas con la investigación que se realizó sobre la posible interferencia de Rusia en las elecciones que concluyeron con Trump en la Oficina Oval.

Se supone que los miembros del Senado, actualmente convertidos en jueces, son totalmente imparciales, pero ya para empezar el líder del senado Mitch McConnell, ha dicho que “yo no soy imparcial” a la vez que que declaró que tanto el como el resto de los senadores republicanos “trabajan de la mano con la Casa Blanca”.

El juicio político a Trump esta presidido por el presidente de la Suprema Corte de la Nacion, John Roberts, quien esta ahí para que los ciudadanos confíen en que el proceso es justo y apegado a las reglas que previamente se determinaron.

Entre estas reglas, no en balde es éste el siglo 21, está la prohibición a los senadores para que usen la red social Twitter o cualquier otra, durante las audiencias. Para evitar tentaciones, los teléfonos celulares no son permitidos en el recinto, se dejan afuera. Los senadores tampoco podrán estar leyendo ningún documento, ni hablar con sus compañeros de al lado. El acceso a la prensa no será permitido una vez que se escuchen los argumentos iniciales y el de cámaras será bastante restringido, pese a las protestas de los medios.

Trump podría o no presentarse a testificar, pero lo más probable es que sus abogados, entre ellos el famoso jurista Alan Dershowitz, que defendió a O.J. Simpson y Ken Starr, el fiscal que acusó a Clinton, hablen por él. A la vez serán ellos quienes interroguen a los testigos en caso de que los demócratas logren que una mayoria de 51 senadores vote a favor de que los haya. De ser así el mismo Trump podría brindar testimonio.

Nadie sabe cuando terminará este juicio, pero podrían ser semanas, sino es que meses, en las cuales los senadores permanecerán en sesión aún los domingos. Pero también una simple mayoría de 51 senadores podrían votar porque el juicio termine en cualquier momento.

Y desde luego tampoco se sabe a ciencia cierta su final, pero se requiere que una mayoría de los cien senadores, es decir, que al menos 67 de ellos voten a favor de sacarlo de la Casa Blanca. El problema es que sólo hay 47 senadores demócratas. Con 20 republicanos que votaran sí, Trump sería obligado a irse. Pero, aún cuando todo puede suceder, no se espera que ni siquiera dos republicanos voten así.

Y en todo caso de irse Trump, Mike Pence se convertiría en presidente y con él podríamos estar aún peor.

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