El juicio a Trump y los colgados de la brocha
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La comisión encargada del juicio político contra Donald Trump abrió la sesión de ayer, martes, con un video demoledor que incluye las arengas del entonces presidente a lo largo de las cuatro horas que duró la toma del Capitolio, en Washington.La acusación central no fue si extralimitó su libertad de expresión, protegida por la Primera Enmienda de la Carta Magna estadunidense, sino su abierta intención de subvertir el orden constitucional.
Pero a la hora de la verdad, los líderes formales guardaron silencio dejando que sus seguidores se organizaran y actuaran como quisieran en el mitin del 6 de enero. A decir de los expertos en seguridad, el terrorismo doméstico estadunidense descansa en el concepto de resistencia sin líderes, de tal suerte que éstos no forman parte directa en disturbios para que no puedan ser imputados. Muy conveniente para ellos, ¿no..?
Tampoco serán juzgados los creadores de sitios web extremistas, que incitaron a la violencia con hashtags como #DCMustFall y difundieron rumores conspirativos tan falsos como desquiciados. Tales sitios están protegidos por la mencionada Primera Enmienda constitucional pero, por si las dudas, algunos cerraron sus espacios después de ver el resultado, contabilizado en seis muertos y 140 policías heridos. Muy conveniente para sitios como TheDonald.win…
Las que sí están bajo proceso son los alrededor de 100 personas que partici paron activamente en los disturbios. El FBI centró sus investigaciones en determinar quiénes obedecieron al ardor del momento y quiénes siguieron una acción orquestada.
Este último fue el caso de Thomas Caldwell, un veterano de la Marina, y Jessica Marie Watkins, una mesera de Ohio. Ellos, al igual que ciudadanos radicales de otros estados, llegaron a conformar milicias y a entrenarlas para asaltar al Capitolio. Incluso, consiguieron planos de la sede legislativa para saber cómo y hacia dónde moverse, llegado el momento.Conforme se acercaba la fecha, Watkins y Caldwell pidieron instrucciones más precisas al líder de Oath Keepers, pero ya no obtuvieron respuesta. Así que este par y sus 40 amigos tomaron sus propias decisiones, al igual que muchas otras células.Así llegaron al mitin decididos a todo… Cuando escucharon a Trump exclamar “¡Vamos al Capitolio! ¡Yo estaré ahí con ustedes!", ya fue imposible detenerlos.... Pero recordemos que Donald Trump no encabezó físicamente la enardecida marcha. Muy tranquilo se fue a una carpa para ver por televisión el desarrollo de los hechos, con música de Laura Branigan de fondo… Y no traslució ninguna expresión de azoro o temor.Así fue como Watkins, Caldwell y otras cien personas se quedaron colgados de la brocha.Muy inconveniente para ellos, ¿no..?
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