Cultura

El libro es una habitación entrañable: Gabriel Pacheco

La vida misma es parecida a los viajes, trayecto en donde los libros son importantes columnas, añade el ilustrador mexicano. “Los creadores somos eternos trashumantes”.

La vida misma es parecida a los viajes, trayecto en donde los libros son importantes columnas, añade el ilustrador mexicano. “Los creadores somos eternos trashumantes”.

El libro es una habitación entrañable: Gabriel Pacheco

El libro es una habitación entrañable: Gabriel Pacheco

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"El libro es una habitación donde uno no corre riesgos, es un lugar seguro. Al estar moviéndose de un lado a otro, sea como creador, como persona o con ideas, hay un lugar entrañable que son las habitaciones y éstas son los libros y las imágenes", expresó el ilustrador mexicano Gabriel Pacheco (Ciudad de México, 1973), durante la charla Historias que cruzan: una mirada al desarraigo desde el arte y la literatura, como parte del foro LEEMigramos.

El artista que vive en Italia, donde es director la Scuola Internazionale d›Illustrazione di Sàrmede, señaló que la vida misma es muy parecida a los viajes, trayecto en donde los libros son importantes columnas.

“Es de agradecer que se piense lo importante que son los libros en una sociedad; siguen y seguirán siendo columnas que construyen una sociedad, creo que por eso tenemos una crisis muy fuerte en México”, advirtió.

En opinión de Gabriel Pacheco, las personas que leen un libro despiertan una lectura íntima en una condición digna y, en ese acto, las personas se humanizan.

“Eso hace que el ser humano se pueda identificar con otro, ya sea con la enfermedad, con la discriminación, con la inseguridad emocional. El hecho de tener un libro y que a otra persona también le diga algo, ya le da una pertenencia a un grupo. Es genial hacer un poco de comunidad”, dijo.

El ilustrador con más de 15 años de trayectoria indicó que los creadores son migrantes y, por ello, su verbo favorito es trashumar.

“Los creadores somos eternos trashumantes. Trashumar es lo que hacen las vacas cuando pastan. Cuando termina el verano, tienen que trasladarse a otro lado a buscar otro pasto de verano. Todos tenemos una necesidad de alimento, migrar nos pertenece a todos, siento que ahora la migración con las reglas de los países hace complicado un acto tan natural y necesario”, comentó.

El artista explicó que cuando entra a un proyecto y lo concluye, es abandonado metafóricamente. “Me doy cuenta que uno es sustancia, la sociedad es sustancia, pero estamos conglomerados en cemento, eso nos vuelve rígidos, pero los humanos son una sustancia”.

Pacheco compartió que la imagen es una habitación donde él ve sustancia que se convierte en forma. “Al final de cuentas, esta idea de asumirnos parte de la situación y de las diferentes migraciones podría hacer que recuperáramos la idea de buscar habitaciones donde nuestra sustancia se tranquilice y esté en dignidad”.

COHERENCIA. En la charla, Gabriel Pacheco se refirió a la metáfora como instrumento de reflexión.

“Hay un instrumento muy hermoso que es la metáfora, creo que la literatura, la imagen y el arte en general, está hecho para indagar en los lugares más profundos. De hecho, entre más profundo mejor, con la seguridad de que no pasará nada porque es un lugar seguro. Hablar de los contrastes fuertes de migración, a través de una metáfora, te permite decir muchas cosas”, dijo.

La experiencia de Pacheco con la migración se remite a su infancia, añadió.

“Soy de una familia donde mis padres eran de provincia, de hecho, en aquellos tiempos, en la Ciudad de México se les llamaban provincianos y mis amigos, en la colonia siempre preguntaban en dónde vivían tus papás y las respuestas eran de Oaxaca, Puebla, Guerrero”, narró.

Ese recuerdo de infancia lo plasmó hace poco en un cartel que hablara de México con motivo de una exposición.

“El aspecto que quería tratar era la migración de provincia a la ciudad, porque me tocó vivirlo. Viví en la periferia de la Ciudad de México, en la Agrícola Oriental, ahora ya no es la periferia, pero antes estaba cerquísima de la carretera de los pueblos más cercanos de Puebla y era común ver a la gente que llegaba con sus vasijas, con sus verduras y música, a pedir, a mendigar cualquier cosa”, recordó.

Pacheco plasmó esa imagen de su niñez, sin embargo, fue rechazada. “Era un grupo de músicos ancianos que trataban de alegrar, así que diseñé una serie de músicos alrededor de un niño que estaba leyendo y ellos eran provincianos que arropaban a un lector. Ésa fue la imagen que propuse como México país invitado, obviamente no fue aceptada. Pero soy así, en el sentido de que intento ser franco y honesto con lo que me toca decir, intento la coherencia”, comentó.