Las llamas continúan devorando la selva amazónica en medio de una creciente indignación mundial, una tragedia que las organizaciones ecologistas achacan a la “retórica antiambiental” del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Más de medio centenar de organizaciones no gubernamentales cerraron filas este jueves y respondieron al ataque dialéctico lanzado por el mandatario ultraderechista, quien ayer volvió a insinuar que podrían estar detrás de los incendios provocados en la Amazonia, aunque admitió que son “sospechas” sin pruebas.

“En lugar de difundir mentiras escandalosas o negar la magnitud de la deforestación, instamos al Presidente a tomar medidas inmediatas para detener el progreso de estos incendios”, subrayó el comunicado. “Los agricultores y los ganaderos entienden el mensaje del presidente como una licencia para provocar incendios intencionados con total impunidad en la selva”, señala el comunicado, firmado por organizaciones como Amazon Watch, AI y WWF Brasil.

“Día del Fuego”. La Fiscalía brasileña abrió finalmente diversas investigaciones sobre los más de 70 mil incendios registrados desde enero, como la publicación de un anuncio en un periódico local del interior del estado amazónico de Pará en el que se promovía el “Día del fuego”, tras relajar el gobierno de Bolsonaro leyes medioambientales.

“Nuestra casa arde”. El presidente francés, Emmanuel Macron, señaló que los incendios en la Amazonia suponen “una crisis internacional” y aseguró que la cuestión se tratará con urgencia durante la cumbre del G-7 en Biarritz.

“Nuestra casa arde. Literalmente. El Amazonas, el pulmón de nuestro planeta que produce el 20% de nuestro oxígeno está ardiendo. Es una crisis internacional. Miembros del G-7, nos vemos en dos días para hablar de esta urgencia”, escribió ayer.

En respuesta, Bolsonaro lamentó “que Macron busque instrumentalizar un asunto interno de Brasil para obtener beneficios políticos personales”.

“La sugerencia del presidente francés, de que asuntos amazónicos sean discutidos en el G-7 sin la participación de los países de la región, evoca una mentalidad colonial que ya no tiene lugar en el siglo XXI”, agregó el líder ultraderechista brasileño.