Opinión

El origen del mal

El origen del mal

El origen del mal

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Todas las religiones del mundo enseñan que Dios con cualquier nombre que se le llame, es todo creación, bondad, amor, que es abarcador, justo, incomprensible e irrepetible.

Entonces ¿de dónde proviene el mal?

Aquí mi teoría. Me parece impensable que Dios haya gestado un ente del mal con cuernos y cola como se le imagina popularmente, para estar destruyendo su propia Creación.¿Para qué crear algo en contraposición a sí mismo?, ¿algo contra qué luchar por toda la eternidad? No tiene ningún sentido.

Yo creo que es el hombre quien ha creado el mal y, que en ocasiones tiene la excusa de creer que el mal proviene del diablo y no de sí mismo, de su entera y única responsabilidad. Que fácil decir: yo no fui, fue el diablo que se me metió.

La verdad es que todas las guerras han sido hechas por nosotros los hombres, con afanes de conquista, de expansión, de vanidad y de venganza. Los mejores seres humanos de la historia han sido asesinados por otras manos iguales que las nuestras, empezando por el mismo Jesucristo. Pasando por los grandes magnicidios como los de Lincoln, Gandhi o Julio César.

Los grandes tiranos de la historia del mundo han escogido por sí mismos ser exactamente eso. Las horribles masacres y atentados terroristas de la humanidad han sido planeados y realizados por seres humanos. El mal individual o público se lleva a cabo con plena conciencia, por seres pensantes igual que nosotros.

El mal no está en el aire, en el espacio, no es algo intangible, no cae del cielo ni proviene del infierno, no es contagioso, es producto del libre albedrío de cada ser humano. Cada quién podemos elegir el camino que deseamos tomar. No hay excusas. Todos debemos afrontar las consecuencias de nuestros actos.

En suma, el mal habita única y exclusivamente en la mente y en el corazón del hombre.

El mal hace mucho ruido y puede detectarse a tiempo, sólo que los seres de bien solemos temerle y le permitimos que avance. Debemos ser valientes para confrontarlo y desenmascararlo porque de lo contrario le dejamos al mundo y a las nuevas generaciones semillas de perversidad.

No actuar contra el mal con conocimiento de causa, es contubernio. Cuando por omisión no se realiza el bien, también se forma parte del mal.

No hay vacío, el espacio que cede uno lo invade el otro. Quizá no siempre podamos explicarlo pero todos intuimos lo que es el mal.

La hipocresía y el engaño forman parte del mal. Pensar en el mal conduce a realizar actos del maldad. El mal no puede disimularse o esconderse, siempre aflora.

Afortunadamente hay mucho más seres de bien que de mal en la raza humana, si no, ya nos habríamos auto-destruido.

Hagamos un esfuerzo consciente por enfocarnos moral y mentalmente en el bien y nuestras acciones serán buenas por consecuencia, logrando que la convivencia entre nosotros sea más armónica, y creando expectativas y esperanza sobre la felicidad y la pervivencia de nuestra especie sobre la faz de la tierra.

Mail. corzoalma17@yahoo.com