En el esperado discurso de clausura de la histórica cumbre vaticana para abordar la pederastia en la Iglesia, el papa Francisco ofreció este domingo ocho pautas para erradicar la “monstruosidad” de los abusos a menores, pero la falta de medidas concretas decepcionó a las víctimas.

Francisco se comprometió a que la Iglesia “no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes” contra menores y que “nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”.

Sin embargo, Jorge Bergoglio culpó al diablo por estos casos, y dedicó buena parte de su parlamento a recordar que la mayoría de los casos de abusos a menores se dan en la familia, en colegios y en el mundo del deporte, y no en la Iglesia.

Y aunque dejó claro que “esto no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia”, la cumbre cierra sin que se apruebe levantar el secreto pontificio en los archivos de casos de abusos y sin que la Iglesia cambie su actitud de no proporcionar informes o estadísticas sobre los casos de abusos sexuales de curas y obispos.

Entre los ocho puntos propuestos por el papa para la lucha contra los abusos a menores, se incluyen la necesidad de “defender a los menores”, que la Iglesia abordará los casos con “seriedad”, una “verdadera purificación” en el cuerpo eclesiástico para nunca más encubrir casos, “formación” para los candidatos a prelados y el “refuerzo y verificación” de las directrices al respecto de los abusos de las Conferencias Episcopales.

QUEJAS. El español Miguel Hurtado, uno de los portavoces de Organización Global de Víctimas (ECA), afirmó que las palabras del Papa fueron un “golpe”, porque las propuestas son “genéricas” y mil veces repetidas. Hurtado añadió que el Vaticano esquiva las propuestas necesarias: “Entregar a la Justicia a los responsables, entregar los documentos a la magistratura y no destruirlos, o que los responsables de los abusos pierdan su puesto de trabajo”.

El italiano Francesco Zanardi, presidente de la Red de Víctimas de Italia, lamentó que el papa no habló de “procedimientos concretos, de dimisiones de obispos, de denuncias a la magistratura”. “La campaña de tolerancia cero anunciada por el Vaticano se ha convertido en credibilidad cero”, sentenció.