La resistencia del régimen de Nicolás Maduro podría estar llegando a su límite, si no logra controlar en las próximas horas la peor falla eléctrica de la historia de Venezuela, que suma más de 100 horas, ha dejado una veintena de muertos en hospitales y gente desesperada bebiendo agua del río Guairé, un canal de aguas negras que atraviesa Caracas, así como comercios saqueados.

Ayer, el servicio eléctrico se restableció parcialmente en Caracas, pero el gobierno prolongó un día más el feriado forzoso causado por el gigantesco apagón que empezó el jueves de la semana pasada. “Quedan suspendidas por 24 horas más las actividades escolares a nivel nacional y las actividades laborales”, anunció el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.

Capturados “en flagrancia”. En un intento de que esta nueva crisis acabe finalmente derribándolo, el presidente Maduro anunció ayer que “capturamos a dos individuos tratando de sabotear el sistema de comunicaciones de El Guri”, la central hidroeléctrica responsable del 70 por ciento de la electricidad nacional; una tesis que contrasta con la de expertos sobre el terreno, que achacan lo ocurrido a la quema de pasto que acabó incendiando las líneas de alta tensión.

Maduro aprovechó el anuncio para culpar a Estados Unidos. “Ordenaron este ataque porque creyeron que el pueblo venezolano se iba a rendir. Pero al mal tiempo, buen patriotismo”.

“Estado de alarma”. Horas antes del anuncio de Maduro, el jefe del Legislativo, Juan Guaidó, decretó el “estado de alarma”, con el que pretende suspender el envío de petróleo subvencionado a Cuba. “Hemos decretado no más envío de petróleo a Cuba, no se van a seguir chuleando el dinero del pueblo de Venezuela. Además solicitamos la cooperación internacional para hacer efectiva esta medida”, dijo.

Cuba recibe desde la época de Hugo Chávez unos 100 mil barriles de petróleo cada día, a precios preferenciales, a cambio de médicos, aunque también, como denuncia la oposición, agentes al servicio del régimen castrista.

En una advertencia al Ejército chavista, Guaidó dijo: “Señores de la Fuerza Armada, ustedes saben la injerencia de Cuba en inteligencia y contrainteligencia; no vamos a seguir, entonces, financiando indirectamente la participación de cubanos para someter a la Fuerza Armada”.

Nerviosismo cubano. Nada más conocerse en La Habana las intenciones de Guaidó y la imposición de EU de nuevas sanciones a empresas cubanas, el régimen presidido por Miguel Díaz-Canel acuso a Washington de “sabotaje terrorista” en Venezuela y de usar a la población de “rehén en la ­guerra no convencional contra el gobierno legítimo de Maduro”.

Por su parte, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, dijo que “Cuba es el verdadero poder imperialista en Venezuela”. El jefe de la diplomacia del gobierno de Trump se reunió ayer con su colega indio, Vijay Gokhale, para convencerle de que no compre petróleo venezolano y que Nueva Delhi “no se convierta en un salvavidas económico del régimen de Maduro”.