El presidente de Ecuador e indígenas negocian en plena batalla de Quito
Los líderes de la protesta exigen, sin éxito, que dé marcha atrás a la subida del combustible. Fox y Calderón muestran su apoyo a Lenín Moreno. Asombro por petición de asilo a México de diputada afín a Correa
Los líderes de la protesta exigen, sin éxito, que dé marcha atrás a la subida del combustible. Fox y Calderón muestran su apoyo a Lenín Moreno. Asombro por petición de asilo a México de diputada afín a Correa
La batalla por Quito, entre los líderes indígenas ecuatorianos —afines al expresidente bolivariano Rafael Correa— y las fuerzas leales al gobierno de Lenín Moreno, hizo ayer un alto el fuego, luego de una madrugada y una mañana de ayer de intensos combates que se extendieron por toda la capital.
Fue el propio presidente el que encabezó una mesa de diálogo con representantes indígenas para poner fin a once días de violentas protestas, que comenzaron con el gasolinazo anunciado por el gobierno para cumplir con el FMI, y que degeneró en un lucha para derrocar a Moreno, de momento apoyado por las fuerzas armadas y la clase empresarial, concentrada en la mayor ciudad del país, Guayaquil.
El encuentro comenzó con un minuto de silencio por los fallecidos en las protestas (siete, según la Defensoría del Pueblo), y bajo un tono conciliador entre los participantes pero con la firmeza indígena a su petición de retirar el decreto que eliminó los subsidios al combustible.
Moreno rechazó en principio la exigencia, tras insistir en que la eliminación del subsidio a los combustibles beneficiará a la población, sobre todo a la más pobre, y fortalecerá la dolarización, en vigor desde el año 2000.
A cambio de no eliminar el gasolinazo, el mandatario propuso a los líderes de la protesta buscar una fórmula para que el dinero que se genere por la eliminación del subsidio se dirija a los más pobres.
“Somos millones”. La oferta del presidente no fue aceptada por el líder de de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, quien insistió en que se mantendrá la lucha hasta que se derogue el decreto 883 que eliminó los subsidios y fue el detonante de las protestas.
“Somos millones los que ahora le pedimos que apueste por la paz, por la estabilidad, por la recuperación del país. Derogue este decreto 883 y busquemos juntos ese horizonte de prosperidad, justicia social, equidad, paz social”, apuntó.
“Espero que logremos una solución definitiva y duradera”, dijo el líder indígena, pero advirtió que, si eso no se cumple, seguirán “firmes, unidos y con el compromiso inclaudicable de defender” al pueblo, por lo que están “dispuestos a realizar todos los sacrificios posibles”.
“Injerencia” mexicana. Los expresidentes mexicanos Vicente Fox y Felipe Calderón unieron sus firmas a un comunicado firmado por otros 18 exjefes de Estado que forman parte del foro Iniciativa Democrática de España y las Américas, en el que se condena “de manera enérgica” los hechos de violencia y manifiestan su “firme respaldo” al presidente Lenín Moreno.
Mientras tanto, el canciller ecuatoriano, José Valencia, dijo ayer estar “un poco sorprendido” de que el gobierno de México hubiese aceptado concederle asilo a la diputada opositora Gabriela Rivadeneira, afín al expresidente Rafael Correa, refugiada desde el sábado en la embajada mexicana en Quito, pese a que sobre ella no pesa ninguna orden judicial y goza de inmunidad por su condición de aforada.