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El Presidente del Tribunal Universitario de la UNAM envía carta a Crónica

El doctor Eduardo López Betancourt, a través de un mail y de una carta pública dirigida a la comunidad de la UNAM, señaló que existe una acción concertada para disfrazar su destitución que, asegura, se debe a posiciones críticas sobre diversos aspectos de la vida universitaria.

El doctor Eduardo López Betancourt, a través de un mail y de una carta pública dirigida a la comunidad de la UNAM, señaló que existe una acción concertada para disfrazar su destitución que, asegura, se debe a posiciones críticas sobre diversos aspectos de la vida universitaria.

El Presidente del Tribunal Universitario de la UNAM envía carta a Crónica

El Presidente del Tribunal Universitario de la UNAM envía carta a Crónica

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En relación con el boletín de prensa UNAM-DGCS-867, con fecha 6 de diciembre de 2019, deseo realizar las siguientes puntualizaciones:

UNO. Rechazo categóricamente que mis desacuerdos y críticas sobre la forma en que se está abordando el grave problema de acoso y violencia sexual en nuestra institución sean irresponsables y carezcan de sustento. Todos y cada uno de los datos y comentarios están debidamente respaldados con información del propio organismo y con lo que la propia comunidad está denunciando. Que no les gusten e incomoden mis declaraciones es un asunto aparte, pero no dejaré de ejercer mi derecho a la libertad de expresión y a disentir, que ahora pretenden coartar con amenazas de destitución, nada más y nada menos que en nuestra Máxima Casa de Estudios.DOS. Si los protocolos y acciones que se han venido aplicando desde 2016, como dice el comunicado, para atender de manera expedita y satisfactoria las denuncias de acoso y violencia sexual contra las mujeres han sido efectivas, entonces cómo se explica que cada vez con mayor frecuencia tengamos paros en varias escuelas y facultades debido a que las y los estudiantes consideran que no están siendo escuchados sus reclamos, específicamente en materia de violencia de género. Incluso, a esta fecha hay planteles sin clases por estos motivos, como es el caso de la Preparatoria No. 3, Preparatoria No. 7, Preparatoria No. 8, Preparatoria No. 9, y de la Facultad de Filosofía y Letras. La respuesta es sencilla: existen una clara complicidad entre directivos y profesores y una serie de intereses creados que impiden que las denuncias por violencia de género prosperen y lleguen a la máxima instancia que es el Tribunal Universitario. No omito mencionar que todos los planteles han manifestado su repudio ante la falta de contundencia para expulsar a docentes acosadores, que son la rémora de la UNAM.
TRES. En relación con las cifras con las que se busca respaldar y justificar las acciones que ha realizado la institución para atender este crítico problema que afecta a miles de estudiantes, habría que aclarar que éstas provienen de una Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias (UNAD), la cual de ninguna manera está facultada para aplicar sanciones y no está dentro de la estructura del Tribunal que, de acuerdo con la legislación universitaria, es la instancia máxima para conocer y juzgar las conductas indebidas de académicos, alumnos y trabajadores, con sanciones que pueden ir desde una amonestación hasta la expulsión definitiva.

Es importante destacar que durante este 2019 el Tribunal NO ha emitido una sola sanción contra profesores y trabajadores señalados por acosar u hostigar sexualmente a las alumnas y alumnos, en este periodo en el ejercicio del Tribunal Universitario en el marco de los derechos humanos y en estricta observancia universitaria, han sido remitidas a este Tribunal un total de exclusivamente 354 personas de la comunidad universitaria, por lo que debemos evitar confundir a la opinión pública. Debe aclararse que de estas personas, principalmente alumnas, las han obligado a desistirse a más de 100; así mismo en múltiples ocasiones he denunciado que por parte de autoridades universitarias en coordinación con las oficinas jurídicas de cada escuela, disuaden, amenazan y presionan a quien presenta una denuncia en contra de un profesor, por lo que resulta incongruente promover la denuncia en este tipo de casos cuando lo que en realidad se busca es una estadística y no atención a la víctima.

Lo que es indudable es que el Tribunal Universitario en lo que va del año se han resuelto 243 asuntos de los cuales también las víctimas han sido presionadas para otorgar el perdón.

CUATRO. Sobre el proyecto que trabaja la Comisión de Legislación del Consejo Universitario, que preside el Doctor Pedro Salazar Ugarte, para “fortalecer la representación de mujeres en el Tribunal Universitario y brindar un mayor enfoque de género", así como “otras medidas adicionales tendientes a democratizar y otorgar mayor pluralidad al Tribunal", me queda perfectamente claro que se trata de acciones concertadas para disfrazar mi eventual destitución. En este sentido, es lamentable que se apele a una cuestión de igualdad y género cuando no se ha tomado con seriedad, como he señalado en múltiples ocasiones, el grave problema de violencia y acosos que sufren las mujeres de la comunidad.

Debo aclarar que en ningún momento se me ha solicitado ni se me ha permitido participar en las discusiones sobre los cambios que se pretenden realizar al Estatuto General de la Universidad Nacional Autónoma de México en lo que atañe al Tribunal Universitario, a pesar de que formalmente en mi calidad de presidente de dicho órgano, he solicitado que mi opinión sea tomada en cuenta.

Considerando lo anterior, valdría la pena preguntarnos nuevamente: ¿por qué en este momento y por qué de pronto surgió el espíritu democratizador, incluyente y plural para el Tribunal Universitario?

Por supuesto que soy el primero en apoyar la democratización de todos los órganos de nuestra Universidad, y he sido el principal crítico de la forma en que se elige al Rector y a los directores de escuelas y facultades. ¿Por qué no empezar a revisar el papel de la Junta de Gobierno, que opera como un grupo de quince notables en los que recae la designación de nuestras autoridades, dejando fuera la opinión de académicos, alumnos y trabajadores? Bienvenido el debate para democratizar a la UNAM, pero a través de procesos serios, transparentes y no sólo con declaraciones que no llegan a materializarse.

CINCO. Llama la atención que, en el comunicado en cuestión, no haya una sola referencia a mis denuncias sobre el maltrato y desprecio que han tenido las autoridades hacia el Tribunal Universitario. Este órgano, creado en el estatuto para juzgar las faltas ya sean de trabajadores, académicos o alumnos, y que por ende regula la estancia en la casa de estudios más importante del país, carece de los más mínimos elementos materiales y humanos; lo conforman siete empleados mal pagados, ocupa un espacio de poco más de 100 metros cuadrados, en un lugar alejado de Ciudad Universitaria, en un inmueble alquilado y en pésimas condiciones, ni siquiera cuenta con lo más elemental como salas de audiencia o espacios privados para los miembros del Tribunal y carece de psicólogos y trabajadores sociales que son indispensable para la atención a universitarias.

Se acusó a mis señalamientos de tendenciosos, sin considerar que por ambiciones de quienes han sido Abogados Generales, se ha menospreciado el trabajo del Tribunal y sus facultades absorbidas por quienes han ocupado ese cargo, al extremo que hoy en la práctica, es el patio trasero del Abogado General, quien decide y juzga, acusa y sanciona.

Alzar la voz sobre un problema en el que todas y todos deberíamos de estar ocupados en combatir, no tiene otro interés más que el de contribuir a que la Universidad Nacional Autónoma de México sea un espacio libre y seguro para toda la comunidad, sin excepción. En este punto vale la pena recordar que el cargo de presidente del Tribunal Universitario no es una designación del Rector, por ley corresponde al decano de la Facultad de Derecho, es un cargo honorario.

Mis denuncias no buscan notoriedad ni beneficios personales como se pretende hacer creer.

No me intimidan las amenazas. Lamentablemente mi eventual destitución es lo menos importante frente a la magnitud del problema.

Invito al Señor Rector a una reunión pública y constructiva en el lugar y hora que él decida, para tal motivo me encuentro disponible del martes 10, al viernes 13 de diciembre del año en curso para que lejos de ofender y amenazar, trabajemos juntos para erradicar el acoso a las estudiantes y trabajadoras de nuestra comunidad universitaria, las cuales no merecen discusiones que demeritan la reputación e imagen de nuestra Máxima Casa de Estudios.

Eduardo López BetancourtPresidente del Tribunal Universitario de la UNAMDecano Facultad de Derecho