Opinión

El sistema político mexicano de la corrupción democrática

El sistema político mexicano de la corrupción democrática

El sistema político mexicano de la corrupción democrática

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy
CIUDAD DE MÉXICO.- Desperté ayer, domingo, con algo que me produjo una inmensa felicidad.., pero que duró, para variar, lo que el viento a Juárez: Nada… Me animé principalmente porque el autor de la noticia fue el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, un funcionario serio y prudente que solo podría exaltarse cuando cruza por su mente la imagen de AMLO: Lorenzo Córdova Vianello… Pero para variar otra vez, el desencanto reapareció como foco que se enciende, cuando el bueno de don Lorenzo nos salió con la lerdez de que la democracia no goza de buen momento… Eso provocó que me viniera de imediato a la mente la primera pregunta formal, furiosa y funesta de que ¿cuándo en México hemos escuchado una noticia amable, optimista y alentadora sobre nuestra democracia?; segunda: llevamos más de un siglo de haber incorporado a nuestro léxico la palabra democracia, ¿pero cuántos mexicanos, en el largo tramo de un siglo, hemos aprendido su significado y entendido y practicado su función? Hace más de 20 años afirmó Luis Carlos Ugalde en su libro titulado Por una democracia eficaz -que adelante reproduzco-; dígame usted si estoy bien o estoy mal recurriendo a tan serio estudioso de la democracia mexicana-:

… La inserción de la democracia electoral en un sistema político que sigue conservando sus principales características del siglo XX, ha hecho que prevalezcan los vicios del sistema, no las virtudes de la democracia. Las características principales del sistema político (mexicano), analizadas a lo largo del libro -rendición de cuentas limitada, impunidad, clientelismo, escasa cultura de la legalidad y de la participación así como de la fragilidad fiscal- han restringido la capacidad de la democracia para detonar una dinámica virtuosa de mejores gobiernos, con mayor integridad y mejores resultados. Aunque muchos pensaron que la democracia electoral cambiaría la naturaleza del sistema político (mexicano), lo que ha ocurrido es que éste ha delineado un tipo de democracia que lejos de ser liberal, es en cambio de naturaleza clientelista, capturada por poderes de veto, con impunidad y poca rendición de cuentas, amén de estar poblada por ciudadanos parecidos a los de antes: apáticos, conformistas y con escasa cultura de la legalidad…

¿Cambiaremos, mejoraremos algo al menos en el curso de la larga historia futura que nos espera..?

Se solicita un voluntario que viva hasta entonces y luego nos telegrafíe para contarnos lo qué haya de suceder…

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