El pasado primero de septiembre, fuimos testigos de un acontecimiento más de autoelogios y de una serie de hechos presentados desde una perspectiva triunfalista por parte del Presidente López Obrador, donde la autocrítica acerca de errores y falta de cumplimiento de diversas promesas brillaron por su ausencia. Y en este sentido fue igual que todos los informes de presidentes anteriores, donde pareciera que cada mandatario dibuja un país que sólo en su visión es real.

Se adjudicó logros que no son de su gobierno, como la llegada de millones de dólares en remesas que envían nuestros paisanos desde los Estados Unidos, que en gran medida ha sido gracias a la agresiva política de reactivación económica implementada por el Presidente Joe Biden.  Al tema del ataque a la corrupción, principal eje de su gobierno, le dedicó muy poco espacio y afirmó, como es su costumbre, que ese cáncer ya se acabó, cuando todos sabemos, por datos del propio gobierno, que de cada diez contratos que se otorgan para diferentes servicios que requiere el aparato gubernamental, ocho se han otorgado por adjudicación directa en completa opacidad.

El tema de la seguridad, otro esencial en su proyecto de gobierno, lo mencionó de manera superficial, utilizando únicamente los datos convenientes para su administración. De acuerdo con cifras oficiales este podría ser uno de los sexenios más violentos de los últimos tiempos.

La Bolsa Mexicana de Valores, que dirige José Oriol Bosch, ha experimentado avances significativos, pero en función de la actividad de las empresas que cotizan en la bolsa, cuyo comportamiento está condicionado por los valores de las acciones y el buen manejo de los negocios en cada giro de que se trate. Claro que el clima favorable a la inversión, que en buena medida lo propician las políticas gubernamentales, podría ser mucho mejor si se dejara de polarizar al país entre los neoliberales tecnócratas, como los llama el presidente, y los partidarios de su pretendida cuarta transformación.

Sin duda ha sido un presidente con mucha suerte y que indudablemente goza de una gran popularidad, en buena medida por sus políticas de apoyos sociales a los sectores más desprotegidos, pero de eso a considerar que gracias a su gestión la economía está experimentando importante crecimiento, no es correcto. Lo que ha sucedido en el terreno económico es un efecto de rebote, por el hecho de que el país decreció menos 8 por ciento en 2020. Rebote que comienza a perder fuerza, algunas cifras de agosto permiten constatar esta situación.

En suma, los datos que arrojan los resultados de nuestra situación económica nos sitúan igual o peor que en el sexenio tan criticado de Enrique Peña Nieto, y es que el problema principal es que mientras la inversión privada no despegue, la economía tendrá muy bajo crecimiento.

EMPRESARIOS DE LA INDUSTRIA DEL BLINDAJE BUSCAN DIÁLOGO CON LA DGSP

La Dirección General de Seguridad Privada (DGSP), a cargo de Luis Wertman Zaslav, registra automáticamente a todos los empleados de las empresas que se dedican a actividades relacionadas con el blindaje como elementos de seguridad privada, lo cual distorsiona la cifra real de número de efectivos que realizan labores de seguridad, y afecta los procesos de contratación del personal que labora en la industria balística. Es por esta razón que empresarios agremiados al Consejo Nacional de la Industria Balística (CNB), piden se les aclare cuáles son los criterios para considerar a trabajadores como cortadores, curvadores, soldadores y hojalateros, como guardias privados, cuando lo correcto sería registrarlos como personal técnico. En voz de René Rivera, encargado de la relación con la DGSP, piden dar solución a esta problemática, que tiene a un aproximado de mil 500 trabajadores de esta industria en esa situación.  Dentro de las demandas del CNB, también se encuentra una reunión con Wertman Zaslav, ya que, según dice René Rivera, a siete meses de haber llegado a la dirección de la DGSP, no ha recibido a ninguno de los consejos y asociaciones del sector del blindaje.

GOLPE AL EMPLEO CON LA ELIMINACIÓN DEL OUTSOURCING

Después de varios intentos fallidos por parte del sector empresarial para lograr una nueva prórroga, venció el plazo para que las empresas se ajusten a las nuevas reglas en materia de subcontratación de personal. Todo parece indicar que esta nueva ley lejos de auspiciar la creación de empleos, traerá consigo su disminución, así como la pérdida de seguridad social e incluso una baja en los salarios de muchos trabajadores. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Zoé Robledo, de noviembre de 2020 al 1 de agosto de este año, 800 mil trabajadores fueron dados de baja por sus empresas. Estas mismas cifras demuestran que 23 por ciento de los trabajadores que fueron reconocidos por sus empleadores reales, vieron reducido su sueldo, ya que el nuevo esquema representa un alto costo para las empresas, mismo que no están dispuestas a absorber.

@fer_martinezg

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