Opinión

El Twitter de las (pequeñas) cosas

El Twitter de las (pequeñas) cosas

El Twitter de las (pequeñas) cosas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Un aforismo de Elías Canetti nos ayuda a adentrarnos en el mundo de la brevedad que puede llegar a significar esa red social de carácter global que es Twitter: “el arte consiste en leer lo suficientemente poco”.

Twitter, es cierto, se ha convertido en el escaparate de todo y al mismo tiempo de nada. Y si bien nos afanamos en seguir a aquellos usuarios cuya producción de mensajes nos resulta edificante e ilustradora en algún sentido, no dejamos de estar expuestos a la banalidad en todos sus tonos, a las obsesiones febriles, las filias y las fobias de la política y sus entuertos, a la estridencia de los insultos y las descalificaciones, a la feria de la propaganda disfrazada de argumento, a la publicidad y al desfile de los egos.

Como sea, Twitter es uno de los grandes experimentos de comunicación colectiva del siglo XXI, es un vehículo que reinventa la comunicación entre pares, que democratiza en automático. En sus laberintos nos extraviamos con mayor o menor fortuna.

En mi caso, es un espacio que me ha servido principalmente para ensayar el arte de la brevedad. Un foro diminuto donde cabe el aforismo, la greguería —como la bautizó Ramón Gómez de la Serna—, la microficción, el microensayo, el humor deletreado en unas pocas palabras de quien observa y se observa en la brega de todos los días. En Twitter utilizo las herramientas de la palabra para pasear por mis horas cotidianas, por mis pensamientos en las horas insomnes, por mis hallazgos verbales y mis simples ocurrencias. Comparto hoy aquí una selección de estos paseos:

Soy una mezcla de todo aquello que hace a una vida completa: instintos y esperanzas, inteligencia y estupidez, vicios y virtudes, un ser habitado de palabras y de silencios.

“Sin la gente no hay Dios, tan sencillo”, Juan Gabriel; “Dios es cojo y creó al hombre para que le sirviera de muleta”, Elías Canetti. Dos filosofías.

“La costumbre es más fuerte que el amor”, Juan Gabriel; “es tan corto el amor y es tan largo el olvido”, Pablo Neruda. Dos poéticas.

Las bibliotecas resisten rupturas conyugales, préstamos y robos. La mía ha resistido todo eso, ha sobrevivido 10 años de bodegas, cruzó el Pacífico y el Atlántico, un tercio de ella reside en los estantes de mis divorcios y no obstante se desparrama por los rincones de la casa.

En la distopía novelada de Daniel Rodríguez Barrón, Retrato de mi madre con perros (Seix Barral, 2019) un presidente perpetuado en el poder da una conferencia de prensa todas las mañanas y anuncia la solución de todos los males. La primera aparición de la 4T en la literatura mexicana

Vine a Comala porque me dijeron que aquí no se celebraba el Día del padre.

La hora de los Beatles de Radio Universal, Chabelo y la CTM, encabezan la lista de la longevidad nacional.

La noche insomne es un tenaz repaso autobiográfico. La memoria es el tuétano del insomnio.

Que difícil reanudar la existencia una vez retirado el cabestrillo de la continuidad y la rutina sobre el que la sostenemos.

Si convivir conmigo mismo es un trabajo de tiempo completo ¿Por qué las horas extras del insomnio?

La cebolla es insuperable como representación del arte, todo es un asunto de capas: en el cine, en la literatura, en las artes escénicas y visuales, o se construyen discursos creativos, complejos y en varias capas, o se acepta la banalidad superficial y sin capas. de la vida.

Una contradicción semántica: los libros de texto están llenos de ilustraciones.

Tras la primera foto que recién se presentó de un agujero negro en el cosmos, redoble mis esperanzas de que la vida me alcance para estar aquí el día en que se confirme y demuestre vida inteligente fuera del planeta. “Somos seres humanos, duramos poco, y es inmensa la noche”. Nos dijo Octavio Paz.

Veo con mi hijo Mad Max 2 (1981), convenimos que en el presente podría haberse titulado “Apocalipsis Huachicolera 2”.

Cuando esta mañana me enteré que un expresidente mexicano y exjefe de Estado llamó “mandilón” al presidente en turno, pensé en Paco Stanley como el verdadero teórico de la transición.

Oxímoron: chicharrón orgánico.

500 años ha que Cortés hizo quemar las naves, y la nave del olvido aún no ha partido.

“Te dije nena dame un beso/ y tú contestastes que no”. “Pues conmigo conociste el amor” Leo Dan corrige a Mecano. Los usos del español en la gramática de la balada romántica.

Altivo monstruo de mil ojos: el pavo ­real. El pavor real.

La merienda del domingo en el hogar, vocablo hermoso, pariente de la palabra hoguera. Hogar y fuego comparten raíz. Alrededor del fogón, en la cocina construimos hogar mi hijo, mi mujer y yo

14 de febrero: San Valentín Campa, se le extraña.

Pegar y pagar: “Yo no pago para que me peguen”, dijo José López Portillo. “Yo no pego para que me paguen”, podrían decir los críticos literarios freelance de los diarios, revistas, suplementos y otras publicaciones en México que no pagan.

La obra de la naturaleza más perfecta y aterradora es la vida, ese cúmulo de células que se ayuntan, se multiplican y mueren. La obra de arte más perfecta y aterradora de la vida es el ser humano, esa criatura que intenta sobrellevar la tristeza a fuerza de interpretarla.

El lunes es el día de Sísifo, el eterno comienzo, la roca al pie de la colina, marchemos cuesta arriba: es lunes.

La creación más perfecta y aterradora del ser humano es la división del tiempo, su capacidad para fragmentar y parcelar la eternidad en siglos, décadas, años, días, minutos que desquician, segundos impacientes y mortales.

El divorcio es neoliberal dijo el presidente, pero ¡cómo nos libera!

El insomnio es la última frontera de un reino que nunca habremos de pisar.

A esta cita de Alfonso Reyes tomada de México en una nuez, sustituya la palabra independencia por democracia: “la verdadera independencia no existe mientras queden resabios de rencor y de pugna. La verdadera independencia es capaz de reconocimiento, de comprensión y olvido”.

Poco somos, sólo lodo, polvo, oro no, ontólogos torvos. Lloro con dolor por todos los rostros, por todos nosotros los colonos.

Modernismo del siglo XXI: tuércele el cuello al ganso.

Desde hace muchos años me encanta Soda Estéreo, pero apenas ahora caigo en la cuenta que no entiendo ni papa de la mayoría de sus letras. Un buen ejemplo de la música que se impone sobre las palabras. La música es, por sí misma, un lenguaje.

Mi sino: mi sí y no.

Homenaje palindrómico al Twitter con muda imperfección: es hoy arte la letra, yo sé.

Día de muertos: no en los altares, y sus flores, y sus panes, en los sueños, esa borrosa república de los muertos —como le llamó Octavio Paz— me encuentro y converso a menudo con mi madre.

Otras ficciones. Publicó una reseña tan pero tan buena, que le dieron ganas de leer el libro completo.

Del Beisbol 1: en la loma, el diestro lanzador deviene camarero: reparte ponches y chocolates.

Del Beisbol 2: Abel Quezada nos enseñó que un jardinero central es básicamente un filósofo asceta que busca respuestas en el cielo.

Es la pubertad una edad monosilábica y gutural: sí, no, mm-mm y m-j conforman su universo verbal. También es alfabética: cada vez que le pregunto a mi hijo una opinión responde “x”.

Al marinero Juan Rodríguez Bermejo, mejor conocido como Rodrigo de Triana, se le atribuye ser el primer europeo en avistar el continente americano, a bordo de la carabela La Pinta, aquella madrugada célebre del 12 de octubre de 1492. Acaso pariente mío, al marinero sevillano Cristobal Colón le despojó del mérito y del premio prometido. Se sabe que años después, tras muchos esfuerzos infructuosos para que se le reconociera la hazaña, se suicidó. Tal es, probablemente, el sino de nuestra estirpe.

La publicidad del pasado aprovechaba de otras maneras al idioma. En el caso de la música se inventaban motes para vender a los talentos: el Príncipe de la Canción, la Novia de México, el Pequeño Gigante de la Canción, La mujer que Nació para cantar. ¿Quiénes eran?

Elecciones presidenciales de julio de 2018: Votaremos por Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia y por Porfirio Muñoz Ledo al Senado. Atentamente: Tony y Douglas de El Túnel del Tiempo.

El de lectura es un vocablo que colinda con la noción de un hogar.

El mar es la república de todas las infancias.

“Tengo miedo de saber que la eternidad no existe” ¿Borges? No, Los Bríos, canción de 1974.

@edbermejo

edbermejo@yahoo.com.m