Cultura

El Zócalo, lugar emblemático de la Ciudad de México: Juan Villoro

"Ésta es una ciudad donde hay una plaza que es más importante que la televisión, es el mejor medio de comunicación de México", señala el escritor

El Zócalo, lugar emblemático de la Ciudad de México: Juan Villoro

El Zócalo, lugar emblemático de la Ciudad de México: Juan Villoro

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

"La ciudad tiene un lugar que nos imanta para la celebración, si tenemos que protestar o hacer algo importante vamos al Zócalo. Esta es una ciudad donde hay una plaza que es más importante que la televisión, es el mejor medio de comunicación de México. Llenar el Zócalo es algo muy significativo", comentó el escritor Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) durante la conferencia La ciudad más allá de la arquitectura.

En el evento organizado por la Academia Nacional de Arquitectura, también participó el arquitecto Felipe Leal con quien el Premio Crónica y el Premio Herralde 2004 charló sobre los cambios que experimentan las urbes.

"Me tocó participar en la redacción del borrador de la Constitución de la Ciudad de México, fuimos 18 ciudadanos convocados para hacer una propuesta y la primera y más importante discusión fue: ¿quién califica como habitante de la ciudad? Es decir, para quién está dirigida esta Constitución?, narró.

Villoro platicó que la respuesta fue la mayor contribución. "Todos coincidieron que para cualquier persona que en ella se encuentre. Por el sólo hecho de estar en la ciudad alguien califica como su habitante, puede estar toda la vida o unos cuantos minutos".

El arquitecto Felipe Leal expresó que los edificios pueden desaparecer, pero la traza de una ciudad es la constante, pensamiento que compartió Villoro.

"Una ciudad no puede escapar a la forma en que ha sido concebida, a las calles fundamentales ni al modo de acceder a los lugares. En el caso de la Ciudad de México está hecha con capas de historias que son fascinantes, no solamente con lo que está y estuvo, es decir, el pasado también interviene, sabemos que hay una ciudad sumergida: el bastión de los aztecas debajo de la ciudad colonial", dijo Villoro.

El autor de Dios es redondo y Exámen extraordinario recordó los derrumbes causados por los sismos de 2017.

"Las zonas donde sucedieron mayores derrumbes fueron las antiguas zonas en donde estaba el curso de los ríos, de las acequias o de la zona lacustre. Entonces la memoria telúrica recupera esa traza que una vez existió en la ciudad y que todavía está en la manera en que la tierra se comporta", expresó.

Juan Villoro comparó las emociones de los mexicanos ante sismos y ante la actual pandemia.

"La diferencia es que ante un terremoto todos los habitantes de esta ciudad sentimos que podemos hacer algo: vamos a los centros de acopio, tratamos de mover cascajo, luchamos por hacernos útiles. Creo que lo que define el sentido de pertenencia es sentirse responsable de una ciudad no sólo en sus glorias y sitios de esplendor, también en sus desperdicios", mencionó.

En la pandemia del coronavirus no podemos hacer lo mismo porque nuestra utilidad consiste en borrarnos, en no estar presentes, en recluirnos, agregó el también miembro de El Colegio Nacional.

"La invisibilidad es lo más productivo que podemos hacer y es un poco desesperante porque sentimos que no hacemos nada cuando en realidad estamos contribuyendo desde nuestra ausencia. Esas dinámicas de excepcion sacan lo mejor y peor de las ciudades", afirmó.

Villoro citó el final de la novela La peste, de Albert Camus, autor que se pregunta por qué es necesario un cataclismo de esta naturaleza para que las personas saquen lo más valioso de sí mismas.

"¿Por qué eso no puede ocurrir en la cotidianeidad? Es algo que nos preguntamos muchas veces: ¿por qué no somos tan solidarios todos los días como lo somos después de los terremotos?", cuestionó.

Entre las lecciones de la pandemia, Villoro dijo que una es reflexionar sobre la movilidad.

"Creo que una de las grandes crisis de la Ciudad de México es el desplazamiento. El virus es producto del ser humano en medida de que la zoonosis ocurre por el descuido en los mercados húmedos, la industrialización de la ganadería. Pero también es la actividad del ser humano el que ha creado un planeta interconectado, es decir, contagioso", señaló.

Un gran desafío de la ciudad son las áreas verdes y la calidad del aire, del agua y los límites de altura, agregó.

"Creo que vivimos un vértigo absurdo de especulación inmobiliaria. Vivo cerca de la Torre Mitikah, ¿cómo se va a subir el agua a tantos pisos? y ¿qué pasará con las aglomeraciones que se van a crear en torno a eso? La ecología es uno de los límites necesarios. Los terremotos nos recuerdan que la especulación no puede ir en contra de la naturaleza", mencionó.