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Elaboran “curitas” para pie diabético con colágeno obtenido de medusas

Investigadores del CICY crean andamios a partir de una sustancia obtenida de una especie abundante en la región. Esperan culminar pruebas animales para patentar y hacer pruebas clínicas

Investigadores del CICY crean andamios a partir de una sustancia obtenida de una especie abundante en la región. Esperan culminar pruebas animales para patentar y hacer pruebas clínicas

Elaboran “curitas” para pie diabético con colágeno obtenido de medusas

Elaboran “curitas” para pie diabético con colágeno obtenido de medusas

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Hace un par de años, Nayeli Rodríguez inició un proyecto de investigación en Mérida después de analizar cómo podría resolver un problema local, aunque de dimensión nacional. Investigó cuáles eran los principales padecimientos de su población y halló que las úlceras y pie diabético eran los principales, después de accidentes automovilísticos.

Para ayudar en el combate de esta patología, la joven científica decidió buscar alternativas y productos de la región; la riqueza costera y marina de Mérida eran una fuente de exploración, y entre esta biodiversidad la de las medusas.

“Se sabe que hay diferentes tipos de medusas que producen colágenas, algunas de las cuales pueden reparar andamios de la piel”, señala la investigadora en entrevista. Después de realizar pruebas de campo y colectar muestras hallaron un tipo de colágena muy similar a la generada por el ser humano, producida por una especie de medusa de la región.

La científica, beneficiada por las Cátedras Conacyt, y sus estudiantes han buscado así generar un tipo de material útil para los pacientes con úlcera o pie diabético, elaborando membranas o “curitas” con este colágeno, que permitan el cierre de la herida y mantengan humectada la piel.

La especialista explica que usualmente en la industria se utiliza colágena de origen porcino, que es muy similar a la del ser humano. La inocuidad es una de las ventajas de utilizar la colágena de medusa, puesto que a diferencia del cerdo, no comparte enfermedades con el hombre.

“Adicionalmente, este tipo de medusas crecen descontroladamente en la región, por lo que podría tener otra utilidad social si se generan granjas que puedan manejar productores del estado”.

EN PROCESO. Por el momento, los científicos han concluido las pruebas in vitro, donde han comprobado su eficacia: su tolerancia a movimientos de la piel; pruebas mecánicas-físicas, para ser un sustituto dérmico; evaluación biológica, seguridad y su aceleración en la reparación de heridas. “In vitro utilizamos células de pacientes y observamos que propicia un cierre rápido de la herida. Ahora estamos por iniciar ensayos en animales”.

Para avanzar en la investigación, los científicos buscan asociarse con el sector empresarial, puesto que hasta ahora ha sido complicado obtener recursos públicos de entidades como Conacyt. En este escenario, el proyecto participó en la Cohorte 2018 del Nodo Binacional de Innovación Sureste (NoBI Sureste), donde hubo un acercamiento con empresarios.

“Tuvimos una buena aceptación. Adicionalmente, en el Nodo tuvimos un curso de capacitación para llevar este proyecto más allá del laboratorio y ver quiénes podrían estar interesados, qué productos similares existen o qué se podría mejorar”. Ahora buscan hacer el proyecto interesante a los inversionistas y hablar el lenguaje de los empresarios para generar juntos una innovación.

Una vez con los resultados en modelos animales, los científicos buscarían proteger el conocimiento mediante una patente. No obstante, esta parte del proceso puede ser lenta debido a los registros en los comités de bioética y la luz verde en los ensayos. Después, continuarán con la fase clínica. “Esperamos que los resultados sean claros para saber el camino a seguir. Una vez que comprobemos su eficacia en animales regresaremos con los empresarios”.

Aun así, los especialistas ya están en contacto con diversos hospitales y el Centro Dermatológico de Yucatán para buscar a los cien pacientes que formarían parte de las pruebas clínicas.

El proyecto que inició en el CICY ahora tiene colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán y centros hospitalarios para la obtención de células. Nayeli Rodríguez señala que hay médicos interesados en sumarse y empresas interesadas en su desarrollo.

“Ésta sería una opción más para los pacientes en el sureste, donde se ha descuidado mucho el tratamiento de estas heridas. En el norte del país hay mayor disponibilidad de medicamentos, importados, pero al alcance. En el sureste hay un abandono, pero podemos revertirlo y además llegar a otras partes de México”.