Cultura

“En el tren de prosperidad chino no hay humanismo”

En su libro El Crepúsculo, la galardonada escritora Fang Fang, exhibe la pobreza detrás de la modernidad acelerada y otras trampas del desarrollo, equiparables en AL. Siglo XXI editores publica la obra en español.

En su libro El Crepúsculo, la galardonada escritora Fang Fang, exhibe la pobreza detrás de la modernidad acelerada y otras trampas del desarrollo, equiparables en AL. Siglo XXI editores publica la obra en español.

“En el tren de prosperidad chino no hay humanismo”

“En el tren de prosperidad chino no hay humanismo”

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

En un departamento de doce metros cuadrados vive Tigre con sus tres hijos, su nuera, nieta y madre, ésta última una anciana que ha sacrificado todo por su familia y que un día decide envenenarse para liberar espacio. Así inicia El crepúsculo, única novela traducida al español de Fang Fang (Nanjing, 1955), quien desde Wuhan narra la pobreza que hay detrás de la urbanización acelerada en China.

El nombre de Fang Fang, ganadora del Chinese Literature Media Award y del Lu Xun Literary Prize, resonó en todo el mundo al inicio de la pandemia COVID-19 porque el 25 de enero abrió un blog para narrar el confinamiento de los habitantes de Wuhan.

Esas vivencias ahora se reúnen en libro Diario de Wuhan. Setenta días desde una ciudad en cuarentena que estará en preventa hasta el 30 de junio, fecha en que podrá adquirirse con un prólogo de Antonio Muñoz Molina, bajo el sello de Seix Barral.

En tanto, para conocer más sobre la obra de Fang Fang Crónica presenta una entrevista con Liljana Arsovska, académica de El Colegio de México quien hizo posible que al país llegara el primer libro traducido directo del chino al español de Fang bajo el sello de Siglo Veintiuno Editores, en la colección El país del centro.

POBREZA. “Fang Fang es una gran observadora de la sociedad con la capacidad de decir las cosas muy críticamente por medio de un lenguaje literario", expresa la traductora y editora Liljana Arsovska.

En El crespúsculo los lectores pueden ver a una familia mexicana, aunque la historia transcurra en Hankou, una de las tres ciudades que formó Wuhan en los años 90 del siglo pasado.

“Fang Fang además de describir, dibuja la psique de las personas. Habla de dos hermanos que vemos en cualquier familia mexicana: Tigre, un hombre decente y hermano mayor que se sacrifica por Dragón, el hermano menor, quien se distingue por su astucia pero no por la bondad”, indica.

La madre de ambos es una viuda que se sacrificó por ellos, modelo que aprendió Tigre —pues anhela una novia, pero primero están los gastos de la familia—, y del que se aprovecha Dragón, un agente de relaciones públicas que evita a su estirpe para no tener mala reputación.

A la historia se suman condiciones de vida: sueldos bajos, gastos médicos elevados y una vivienda de doce metros cuadrados que habitan seis personas.

“Ahí está Tigre con su madre, a la cual cuida con mucho gusto, pero esos doce metros generan conflictos: él tiene tres hijos, uno casado con una nuera que también vive con ellos pero es de las nuevas generaciones que sólo quieren bailar. Tigre tiene una hija a la cual ha educado pero no tiene contactos para encontrarle un buen trabajo como lo hizo su hermano Dragón con su hija que es menos capaz. Luego está la nieta”, detalla la traductora.

En El crepúsculo, Fang Fang muestra la pobreza detrás de la modernidad acelerada.

“Los doce metros cuadrados son una realidad aunque el libro fue escrito en los años 90. Tal vez no en Beijing, Shanghái o Wuhan porque el gobierno como si tuviese una escoba en la mano empieza a barrer la pobreza por donde se ve: en las ciudades. Pero si te metes al occidente de China, esos 12 metros cuadrados con una familia de cuatro generaciones no es de extrañar”, afirma Arsovska,

— ¿Por qué el apego de la abuela por la ciudad y la nostalgia del campo?

— Latinoamérica puede conectar con esta historia en términos de la rápida urbanización donde a una generación le tocan hábitos de campo y al mismo tiempo, ese campo se urbaniza de forma súper acelerada y se convierten en los ciudadanos del mundo en medio del pasado. Este libro teje a una sociedad donde la modernidad y el atraso coexisten.

HUMANISMO. Fang Fang escribe a través del personaje Dragón: “sufrir menos es humanismo puro". A lo que Liljana Arsovska recuerda que el socialismo tanto en China como en Rusia acabó con la familia extendida y propuso a la familia nuclear, es decir, que el hijo busque la manera de independizarse.

“En China tradicional el culto a la vejez era muy importante y sigue siendo aunque algo diluido por las condiciones de la modernidad. En este libro, Fang Fang pone el dedo en la llaga, usa a esta familia ficticia para preguntar: ¿a dónde nos fuimos para que nuestras madres tuvieran que pensar en envenenarse y dejarnos espacio?, ¿qué pasa con nosotros?“, expresa.

Para la traductora, ahí está la contradicción de China: espantar al mundo con su desarrollo, y Fan Fang diciendo que en ese tren de prosperidad no hay humanismo.

“Tienes a una madre, el elemento más valorado de la cultura familiar confuciana a lo largo de la historia que está buscando la forma de irse y por otro lado, humillada e insultada por sus hijos, porque cuando Tigre está enojado le reclama: estoy harto de mantenerte. Cuando ella es quien lava, plancha y no le compran una lavadora en pleno siglo XX”, relata.

Y el otro hijo, Dragón, le lleva regalos pero cuando está en su casa le prohíbe salir porque habla feo y viste mal.

“Eso es algo que existe en el mundo entero. En este libro no hay humanidad, hay una vulgar existencia. El ser humano puede ser digno, pero necesita condiciones y ahora no lo tenemos”, concluye.