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En hospitales, dan de alta a pacientes no graves para evitar contagios de coronavirus

Una enfermera narra cómo familiares les reclaman enojados que manden a sus enfermos a casa cuando aún no están recuperados del todo. “Son órdenes y no podemos alarmarlos diciendo que es para evitar una posible cadena de contagio”, señala.

Una enfermera narra cómo familiares les reclaman enojados que manden a sus enfermos a casa cuando aún no están recuperados del todo. “Son órdenes y no podemos alarmarlos diciendo que es para evitar una posible cadena de contagio”, señala.

En hospitales, dan de alta a pacientes no graves para evitar contagios de coronavirus

En hospitales, dan de alta a pacientes no graves para evitar contagios de coronavirus

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El miedo al coronavirus se siente en el aire. A diferencia de cualquier otra cita mensual, la de este jueves por la mañana, en la que doña Rosalinda acudió a su Unidad de Medicina Familiar 33 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Azcapotzalco, desde la entrada las medidas higiénicas son notorias.

Un guardia con cubrebocas y guantes de látex, antes encargado sólo de la seguridad, está convertido en el despachador de dosis de gel base alcohol a todos los que ingresan. “Segurito éste sí está al 70 por ciento… huele mucho a alcohol”, dice la septuagenaria mujer.

Pasando la reja de seguridad y una vez que frotó el gel hasta secarse, una enfermera le da indicaciones: “Las personas que tengan alguna enfermedad respiratoria, dolor de garganta, tos seca, dificultad para respirar, favor de dirigirse a su izquierda. No van a ser atendidos por el médico de su consultorio…”.

Se acerca doña Rosalinda y suelta una tras otra sus preguntas: “¿Hay algún problema? Yo sólo vengo a mi consulta mensual. ¿Puedo pasar? ¿Hay riesgo de contagiarme del coronavirus? ¿Se han detectado enfermos de coronavirus? ¿Pero, sí los están separando bien, verdad?

Con cierta paciencia, la enfermera explica que son medidas de seguridad para todos “para usted, para mí, para su familia, como para la mía. Si llega un paciente contagiado con COVID-19, por seguridad de todos se debe evitar la propagación, pero tranquila madre, no ha llegado ningún enfermo. Eso sí, para evitar riesgos, recoja rápido sus medicamentos y regrésese a su casa. Usted no tiene por qué andarse exponiendo”.

Adentro, poco movimiento se observa, no es como en otras ocasiones, dice doña Rosalinda, que hay gente de un lado para otro, hoy está muy tranquilo, en la sillería afuera de los consultorios apenas uno que otro derechohabiente espera el llamado.

EN LA RAZA, ES LA LOCURA. Una vez adentro, ya la esperaba su hija, cuenta que ella es enfermera del Centro Médico Nacional La Raza, aunque este jueves está de descanso. “Aproveché para acompañar a mi mamá a su cita mensual, pero me adelanté, porque pensamos que iba a estar saturada la clínica y no…. Esto está prácticamente muerto".

Cuenta que, desde el pasado lunes, allá en La Raza, están hechos una locura, y no porque haya muchos pacientes enfermos por coronavirus, por el contrario: “Bueno, a mí todavía no me ha tocado ningún caso confirmado, pero sí comenzamos a darnos cuenta que a pacientes no graves, que podían continuar su recuperación en casa, comenzaron a darlos de alta”.

La finalidad, explica la enfermera (quien no quiso dar su nombre), es evitar, como lo han venido difundiendo las autoridades, cortar las cadenas de contagio. “Imagínese que un paciente grave que va en franca recuperación se contagia dentro del hospital de coronavirus…”.

“Mucha gente está enojada y nos reclaman, ‘que si su paciente todavía no se recupera del todo, que cómo es posible que manden a los pacientes a sus casas’… Pero, pues, son órdenes, nosotros no podemos hacer nada más que obedecer, ni siquiera podemos decirles que son instrucciones a fin de evitar contagios, porque luego la gente es muy indiscreta y pues nos echan por delante a nosotras, dicen: ´no, pues si la señorita me dijo que fue por ésta y esta razón´… y las que acaban teniendo problemas somos nosotras”.

—¿Y sí está muy complicada la situación, cómo ven que se vaya a poner?, se le pregunta, mientras se escucha que llega el turno de doña Rosalinda. “Tú esperame aquí hija, no me tardo”, dice mientras entra al consultorio.

EL TERROR DE LOS MENSAJES. “Pues le digo que a mí no me ha tocado hasta ahorita ningún caso confirmado, y aunque han estado dando capacitación de cómo se debe actuar, cómo tratar a los pacientes, a dónde llevarlos, cómo evitar exponerse, pues sí hay miedo, máxime si entre los propios compañeros de enfermería se comparten mensajes por ­whattsapp con advertencias como de que no había que salir de casa desde el pasado miércoles, que porque es cuando el virus ya iba a estar en plena incubación, y que entonces el riesgo de contagio iba a ser mucho mayor, y que lo mejor era estar en casa…. Pues sí, pero esa recomendación yo y mis compañeras de trabajo no la podemos seguir, porque pues precisamente a eso nos dedicamos, a cuestiones relacionadas en ver por la salud de las personas".

—¿Y entonces, cómo te cuidas, para no contagiarte, o no convertirte en portadora y evitar el riesgo de contagiar a tu mamá?

—La verdad, encomendándome mucho a Dios, teniendo mucho cuidado en el trabajo, y por ahora manteniendo distancia prudente con mi mamá, rogando en todo momento porque no me convierta en portadora, no puedo irme a vivir temporalmente a otro lado, porque soy yo quien la cuida y no me animo a dejarla sola”, dice, mientras aprieta fuerte la mano de su madre y se despiden.