Opinión

En los zapatos de las mujeres

En los zapatos de las mujeres

En los zapatos de las mujeres

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La Cuarta Transformación resultó un fracaso en muchas temáticas relevantes para los ciudadanos. De manera destacada en aquellas que se refieren a la erradicación de la impunidad. La protección incondicional que recibe el presunto violador Félix Salgado Macedonio por parte de López Obrador, representa solamente una muestra más del desprecio que las mujeres reciben todos los días desde el Palacio Nacional. La sentencia: “Ya Chole” pronunciada el jueves pasado, ilustra de cuerpo entero la idea equivocada y misógina que sobre las mujeres tiene quien dirige al país. Esto, en un contexto muy particular caracterizado por un incremento alarmante de los feminicidios en México con un registro de 11 homicidios diarios. Durante 2020 fueron asesinadas 3,752 mujeres -niñas incluidas- que se suman a los más de 8 mil crímenes contra ellas desde que inició el actual gobierno, para alcanzar la escandalosa cifra de 11,217 homicidios de mujeres. Esto sin incluir las desapariciones forzadas, el acoso, el abuso sexual y la violencia cotidiana que sufren niñas, jóvenes y mujeres, muchas de ellas en su propia familia. Todo esto con el embarazoso y cómplice silencio de las supuestas feministas que integran la actual administración.

Durante los últimos setecientos años la palabra violación ha significado: “tomar por la fuerza”. En el derecho romano, el hecho de raptar a una mujer, independientemente de que se la obligara o no a mantener una relación sexual, se denominaba “raptus”. En las sociedades modernas la violación se ha configurado como un delito sexual tipificado como violencia de género. Los delitos sexuales son mayoritariamente cometidos por hombres en perjuicio de mujeres, niñas y niños, a quienes se acusa de “haberlos provocado”, e implican regularmente distintas formas de violencia. La mayoría de las legislaciones consideran que no existe consentimiento cuando se emplea la fuerza, la violencia, la intimidación o cualquier otro medio, para anular la voluntad de la víctima. La violación, en cualquiera de sus formas, es un delito grave cuya impunidad evidencia el fracaso del sistema de justicia. Sus justificaciones, sentencias y procedimientos muchas veces culpabilizan a las víctimas. Es necesario cambiar los patrones culturales que sustentan la violencia sexual, y de manera urgente, el sistema patriarcal que en México se encuentra absolutamente vigente.

El patriarcado es una forma de organización social que otorga la autoridad exclusivamente al sexo masculino. Es la manifestación y la institucionalización del dominio del hombre sobre las mujeres, tanto en la familia como en la sociedad en general. La palabra patriarca etimológicamente significa autoridad del padre. Ello implica que los varones tienen el poder en todas las instituciones importantes de la sociedad y que se priva a las mujeres de acceder a él. La dominación patriarcal, al igual que el paternalismo, describe la relación entre un grupo dominante al que se considera superior y un grupo subordinado al que se considera inferior. En este esquema, los dominados intercambian sumisión por protección y trabajo no remunerado por manutención. Se define por la supremacía de la ideología machista y de las creencias que la respaldan y la mantienen a través del tiempo.

Para combatir la persistencia de la tiranía patriarcal el movimiento feminista debe hacerse presente en las próximas elecciones de junio. De esta forma, las autoridades comprenderán que no se puede gobernar sin colocarse en los zapatos de las mujeres, quienes además, de acuerdo con el reciente censo de población, representan a más de la mitad de la población mexicana.