Daniel Goleman, en su libro Inteligencia emocional, recomienda a maestros y padres de familia promover en los niños y adolescentes el desarrollo de un conjunto compacto de emociones básicas: el autoconocimiento, el autocontrol de los impulsos, la perseverancia, la automotivación, la empatía y las habilidades sociales.

Estas dos últimas encierran gran importancia para las relaciones sociales. La empatía, dice Martin L. Hoffman, es el fundamento de la cohesión de cualquier sociedad. ¿Qué es la empatía? Existen dos definiciones: a) la primera dice que es el conocimiento que uno tiene de los estados internos (pensamientos, emociones, percepciones e intenciones) de otra persona; b) la segunda dice que empatía es la capacidad de reaccionar afectivamente cuando uno se coloca en el lugar de otra persona.

Un típico ejemplo de empatía: un espectador reacciona cuando presencia que alguien sufre, se halla en peligro o manifiesta angustia. El tema moral en esta situación es cómo va a reaccionar el espectador, si acude a ayudar a la víctima, o si no; y, si lo hace, hasta qué punto esa ­reacción se basa en una preocupación sincera por el otro.

En lenguaje común, llamamos a la empatía “sensibilidad humana” o “humanidad”. Un formidable ejemplo de empatía fue la reacción de los jóvenes de la Ciudad de México ante las víctimas de los desastres que acarreó el sismo de 2017. La empatía se aprende: su aprendizaje puede promoverse de varias maneras; creando un ambiente escolar amable y respetuoso, subrayando ejemplos de injusticia, destacando los casos de inclusión-exclusión, combatiendo los estereotipos y prejuicios, a través de la reflexión colectiva, con la presentación de modelos, etcétera.

El altruismo es un instinto, dice Goleman. Es posible que eso sea cierto, pero no por ello la escuela y el maestro deben dejarla de lado en la educación de sus alumnos. La escuela no debe admitir la intolerancia y los prejuicios, al contrario, debe promover en todos los casos el respeto y la empatía entre los alumnos.

Una plataforma pedagógica adecuada para promover la empatía en la escuela es la enseñanza de las habilidades sociales. ¿Qué son las habilidades sociales? Son habilidades que te permiten establecer una buena relación con los demás, por ejemplo, saludar, aprender a escuchar al otro, aprender a ponerte en lugar del otro, como entablar conversación con una persona desconocida, hablar en público, aprender a decir no, aprender a argumentar, etc.

El contacto es el inicio de cualquier relación humana. Hay que atreverse a hablar y, por otro lado, atreverse a escuchar. Pero escuchar al otro no es un simple “oír al otro” sino una escucha atenta, respetuosa, sincera, y comprometida afectiva y moralmente. Muchas veces una conversación entre dos personas deja de ser diálogo y se convierte en un doble soliloquio. En fin, enseñar habilidades sociales es una tarea central de la escuela pues ellas juegan un papel fundamental en la vida de todos.