Opinión

Epístolas de grueso calibre

Epístolas de grueso calibre

Epístolas de grueso calibre

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Obviamente sin proponérselo, la IV-T nos ha ofrecido en estos días de sustos y sobresaltos, el regreso de un género poco practicado: la epístola, la literatura de las cartas y las cartas sobre la mesa, en las cuales se trazan los escenarios críticos jamás explorados ni por la prensa ni por los especialistas en el análisis de la vida pública.

Nadie he llevado a la crítica disparos de tan alto y certero calibre como estos epistolarios, quienes armados de pluma y papel no hacen sino confirmar, desde dentro, todo cuanto se dice y murmura desde fuera.

Cuando Carlos Urzúa acusa ineptitud, conflictos de interés y persistencia de personajes influyentes en todo el desorden de las políticas sin sustento, solamente confirma las peores sospechas: las cosas se están haciendo por capricho, sin ciencia y a veces hasta sin conciencia.

Y por razones de temporalidad y similitud, en las misivas-misil, de denuncia-renuncia, nos vamos de nuevo al análisis del ya viejo texto de Germán Martínez.

Ambos guardan una similitud notable: ninguno de los dos le adjudica responsabilidad directa al Señor Presidente. Todo se queda en las aguas someras de la burocracia elegida.

Sostiene Martínez:

“Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social”.

Y Carlos Urzúa argumenta:

“Discrepancias en materia económica hubo muchas. Algunas de ellas porque en esta Administración se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento… aunado a ello, me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública.

“Esto fue motivado por personajes influyentes del actual Gobierno con un patente conflicto de interés…”

De inmediato, los rumorólogos y arúspices hurgaron en el texto como nigromantes en la entraña de un palomo, en pos de la identidad de los influyentes en permanente conflicto de intereses.Y el propio Señor Presidente, un día después (ayer), les dio una pista. No fue necesario indagar. El Señor Presidente abrió su pecho donde no se ubica, como sabemos, ninguna bodega, y dijo así con inspirado acento:

“…Miren, en un gobierno democrático y en un gobierno que tiene como propósito transformar al país, siempre existen diferencias, discrepancias. Si se tratara de gobiernos conservadores, de mantener el statu quo, de no llevar a cabo cambios, la vida sería muy plana, nunca sucederían cosas, así es la historia política de México…

“…Entonces, es un proceso de transformación, hasta podríamos decir que se trata de una ruptura. Y he dicho que no es un simple cambio de gobierno, es un cambio de régimen. Entonces, esto lleva a que haya puntos de vista, discrepancias, que se produzcan, incluso, enfrentamientos al interior del mismo gobierno, del mismo grupo.

“Pero estamos en un proceso de transformación, aquí no se oculta nada, no es que salió del gobierno por motivos de salud. No, es que él es un hombre con criterios, como nosotros. Tuvimos, entre otras discrepancias, lo del plan de desarrollo, que hubo dos versiones y la versión que quedó es la versión que yo autoricé, que incluso me tocó escribirla, porque había otra versión. Y sentí que era continuismo.

“Era una concepción todavía en la inercia neoliberal y había que marcar la diferencia… en eso había diferencias.

“Lo otro. También discrepancias en el manejo de la banca de desarrollo. Yo le encargué a Alfonso Romo que ayudara en la coordinación para el funcionamiento de la banca de desarrollo y no había en esto acuerdo, o sea, había diferencias entre ellos notorias”

Entonces, le pregunta con audacia una voz reporteril, ¿uno de los personajes es Romo?

Sí, seguramente eso era algo evidente, tenían diferencias, y con otras áreas”, responde el Señor Presidente.

—¿Y Raquel Buenrostro?

“No, no, fíjense que eso no, Raquel no. Raquel tiene discrepancias porque a ella le toca aplicar la política de austeridad… se tomó la decisión de poner orden y no permitir la corrupción en compras de gobierno…

“…Entonces, ¿quién está ahí? Raquel, que es una mujer extraordinaria, honesta y que yo respaldo…

“…Por eso a ella la ven como a los ojos, porque es la que tiene la responsabilidad de llevar a cabo las compras…todo esto lo explico para que se tengan todos los elementos…no había diferencias con Raquel. Hubo diferencias con quien presentó su renuncia al Seguro Social, Germán Martínez...”

Y el ganador es…

rafael.cardona.sandoval@gmail.com

elcristalazouno@hotmail.com