Opinión

Errar es humano... pero perseverar en el error, es necedad

Errar es humano... pero perseverar en el error, es necedad

Errar es humano... pero perseverar en el error, es necedad

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

El viernes pasado, en este mismo diario, mi colega Leopoldo Mendívil publicó una columna intitulada “Hazaña de Jorge Gaviño Ambriz: le ganó un pleito a ¡AMLO...!”.

En primer lugar, debo decir que ya desde el título, se me atribuye una gesta que jamás me dispuse a emprender.

Por tal motivo, aprovecho este espacio para hacer algunas precisiones al respecto; pues no es propio de mi naturaleza dejar al aire aquello que merece ser puesto firme sobre la tierra.

Para poner en contexto al lector, mi amigo Mendívil hizo referencia en su texto a un Punto de Acuerdo que presenté el pasado 21 de noviembre en el Congreso de la Ciudad de México, para cuestionar el proceso de designación de Rosario Piedra Ibarra, como titular de la Comisión Nacional para los Derechos Humanos.

En primer lugar, debo señalar que, los argumentos que me llevaron a poner en duda el mencionado nombramiento, son de orden estrictamente jurídico. En ningún momento cuestioné las credenciales profesionales, genéticas (como escribe en su artículo el señor Leopoldo), ni vivenciales de Rosario Piedra Ibarra para ocupar el cargo.

Lo que sí cuestioné, con documentos oficiales en mano, fue la legitimidad del proceso que la llevó a ser designada Ombudsperson. Y en esto, debo decir que no soy el único, puesto que, tal como lo expuse en mi intervención, la propia Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, emitió un comunicado de prensa al respecto que puede consultarse en su sitio de internet: www.hchr.org.mx, el cual suscribo plenamente. Incluso, la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, emitó un comunicado el pasado 21 de noviembre, mediante el cual solicita la renuncia al cargo de Rosario Piedra.

Los puntos centrales que me llevan a objetar el nombramiento de la nueva presidenta de la CNDH, son los siguientes:

1. Está acreditado en las constancias del INE, que por lo menos hasta el mes de octubre, Rosario Piedra Ibarra, ostentaba el cargo de Consejera Nacional de Morena.

Por lo tanto, incumple el requisito de “No desempeñar, ni haber desempeñado cargo de dirección nacional o estatal, en algún partido político en el año anterior a su designación”, establecido en la Ley de la CNDH y en la convocatoria que se publicó para la elección del cargo en cuestión.

2. Rosario Piedra Ibarra mintió sobre lo anterior al Senado, bajo protesta de decir verdad, en un documento firmado de puño y letra, lo cual es ilegal.

3. En la votación por la cual fue designada Rosario Piedra, no se cumplió con el requisito de las dos terceras partes de los senadores presentes, que exige el artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Un documento firmado por el Vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado, Salomón Jara Cruz, informa que, en la sesión del 7 de noviembre, se encontraban presentes 118 senadores.

Las dos terceras partes de 118 es 78, por lo cual, con 76 votos la C. Rosario Piedra Ibarra, no alcanza la mayoría calificada.

4. Finalmente, es importante señalar que la CNDH, al ser el organismo garante de los derechos humanos de todos los mexicanos, debe tener absoluta legitimidad. Un proceso de elección tan cuestionable, carente de certeza, transparencia y pulcritud como el que se llevó a cabo en este caso, vulnera ese principio.

México necesita fortaleza institucional. Los hombres pasan, las instituciones son su única herencia.

*Vicecoordinador del grupo parlamentario del PRD en el Congreso de la CDMX