Opinión

¿Es la monarquía británica racista?

¿Es la monarquía británica racista?

¿Es la monarquía británica racista?

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

La monarquía británica parece haber entrado en crisis luego de la explosiva entrevista en la que el príncipe Harry y su esposa, la actriz estadunidense Meghan Markle, declararon que cuando ella, de madre negra y padre blanco, estaba embarazada, “alguien”, no dijeron quien, habló de la preocupación que había en el Palacio de Buckingham por el color de piel que el niño podría tener. Y que debido a eso, su hijo carecería de título nobiliario.

Oprah Winfrey, la entrevistadora a quien la cadena CBS pagó siete millones de dólares por los derechos de la conversación, aclaró luego que esa persona preocupada por qué tan oscura sería la piel de Archie, como se llama el bebé, no eran ni la reina Isabel II ni su esposo el Duque de Edimburgo. Por su parte, Harry ha dicho que jamás dirá quién es la persona que se lo dijo.

Aun así la acusación de racismo en la familia real británica es muy grave. A nivel personal para la pareja es algo trágico. Para los analistas, tiene sus raíces en la historia de colonialismo en la que la familia ha tenido gran papel. El mismo príncipe Carlos, heredero del trono y padre de Harry, ha reconocido que el rol de Reino Unido en el comercio de esclavos fue una verdadera “atrocidad”.

Cuando el romance entre Meghan y Harry empezó, se creía que sería el momento de renovación de la monarquía, que vendría a simbolizar su cambio y modernización. Después de todo, un matrimonio así hace 50 años no hubiera sido posible. Ella es divorciada, es extranjera, es actriz, es mayor que él y es de raza mixta.

Pero la esperanza fue desapareciendo a medida que la actriz empezó a ser duramente criticada por los tabloides ingleses, que la comparaban desfavorablemente con Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo. Le criticaban el vestuario, sus antecedentes familiares y hasta les molestaba su popularidad.

En la entrevista, la actriz, que recibió el título de Duquesa, también habló de la soledad que sentía en su torre de marfil donde se sentía presa y como la depresión la llevó a pensar en suicidarse, sin que nadie dentro de lo que ella llamó la “institución” quisiera brindarle ayuda.

Su matrimonio de cuento de hadas en 2018, oficiado por el carismático obispo afroamericano Michael Curry, donde actuó un coro que viajó desde Estados Unidos integrado también por personas negras, fue considerado como un acto positivo de relaciones públicas para la familia real. No así el anuncio dos años después, en enero de 2020, de que la pareja abandonaba sus obligaciones como realeza y se mudaba a vivir a Canadá.

La magnitud y sorpresa de ese aviso solo puede compararse con el ocurrido en 1936 cuando el rey Eduardo VIII anunció que abdicaba al trono para casarse con la divorciada estadunidense Wallis Simpson. El mundo se preguntaba qué tan terrible será pertenecer a la realeza que Megan y Harry prefirieron renunciar.

Sin embargo un año después, mientras la pareja se mudaba a Los Ángeles, donde adquirieron una mansión de catorce millones de dólares en Santa Bárbara y empezaban negocios que como realeza no podrían haber hecho, tales como un contrato de millones para producir cintas en Netflix y un podcast con Spotify, la familia de los Windsor se adaptaba también a cosas nuevas.

Durante la pandemia la familia real ha usado las redes sociales para estar en contacto con la gente. La misma reina, a los 94 años, aprendió a usar Zoom y ha visto su popularidad subir aún más en los últimos meses. A la vez que está en aumento el número de británicos que piensa que la monarca juega un papel muy importante en tiempos difíciles y en la estabilidad y unión del reino.

La entrevista del domingo, trasmitida en todo el mundo a una inmensa audiencia, sin duda deja en mal lugar a la monarquía de Gran Bretaña, que se suponía estaba cambiando con la inmigración y se daba por hecho que cada día es más diversa en cultura y religión, aunque a la vez tampoco deja a un lado la tradición.

Pero muchos se preguntan si Harry y Meghan rechazan ser realeza, por qué el enojo de que su hijo no sea príncipe. Siendo séptimo en la línea hacia el trono igual no había posibilidades de que fuera a ser rey. La reina ha dicho que sus quejas se analizarán en privado, como de hecho debieron hacerse, si como dicen huyeron en busca de paz y privacidad.